“Poner de relieve el papel de la Iglesia en la Transición, en el paso del anterior régimen hacia la democracia”. Bajo esta premisa, el secretario general de la Conferencia Episcopal Española, José María Gil Tamayo, justificaba la razón de ser del Congreso ‘Iglesia en la sociedad democrática’, que organizará el 3 y 4 de octubre la Fundación Pablo VI en Madrid para celebrar los 40 años de la relaciones Iglesia-Estado.
Una cita que busca ser una conmemoración al más alto nivel, en tanto que ya está cursada la correspondiente invitación a la Casa Real para que Felipe VI pueda participar como jefe de Estado en la apertura del encuentro. Además, entre los ponentes destacados, se encontrarán María Teresa Fernández de la Vega, Alfredo Pérez Rubalcaba, Adolfo Suárez Illana o Guillermo Fernández Vara. Desde las filas de la Iglesia, encabezarán la ponencias los cardenales Óscar Andrés Rodríguez Maradiga, Fernando Sebastián y Antonio Cañizares, además del fundador de Sant’Egidio Andrea Riccardi. Para moderar las mesas de diálogo, se contará con periodistas de la talla de Carlos Herrera o Fernando Ónega.
La Iglesia no es un partido político
“No es una mirada al pasado, sino un análisis de la realidad del presente y con una lección de futuro: nuestra vida solo es plena si la hacemos en concordia y libertad, en el marco de nuestra Constitución”, subrayó Gil Tamayo durante la presentación del congreso. Durante su intervención reivindicó que “sin el concurso de la Iglesia, hubiese sido muy difícil la Transición de la que nos enorgullecemos y que se plasma en la Constitución”.
Desde ahí, Gil Tamayo defendió que “la Iglesia no es un partido político, pero sí tiene unas responsabilidades sociales y políticas, quiere ejercer su papel sin clericalismos”. “No es un convidado de piedra, tiene una visión del hombre y de la sociedad que busca desde le positivo buscar el bien de la sociedad”, reiteró, a la vez que expresó cómo “los cristianos no tratan de imponer el catecismo pero sí de ser coherente como cualquier persona que quiere vivir según sus convicciones”.
El ADN religioso de los españoles
“Tenemos que vencer el complejo de que el hecho religioso forme parte de la vida democrática española, forma parte de nuestro ADN en respeto exquisito de otras convicciones”, aseveró. “La Iglesia no ha sido prescindible en la Transición y no es prescindible en el torrente circulatorio de la sociedad democrática”, sentenció, a la vez que advirtió de que “quienes pretendan instaurar un régimen laico, no están contemplando los derechos que contempla la Constitución”.
En cualquier caso, el director general de la Fundación Pablo VI, Jesús Avezuela, aclaró que “el Congreso no es contestación o reivindicación ante determinadas medidas o posturas recientes”, ni se ha buscado responder en los ponentes a cuotas políticas sino que “lo que se ha pretendido ha sido albergar a quienes han sido protagonistas y, en este sentido el Partido Socialista ha sido un protagonista clave a través de dos personas como Rubalcaba o Fernández de la Vega”.
Ser puentes y no muros
En esta misma línea se expresó el presidente de la Fundación Pablo VI y obispo de Getafe, Ginés García Beltrán, al reflexionar sobre el papel de los católicos en la vida pública. “Hemos de propiciar puentes y no ser muros”, invitó el obispo a los cristianos, tras echar la vista atrás al esfuerzo realizado por todos los españoles para “enterrar” la Guerra Civil, “con la generosidad de todos, también de los adversarios”.
“¿Qué hemos hecho con esa herencia? ¿La estamos transmitiendo a quien no la conoce”, se preguntó el obispo de Getafe, que añadió que “la Iglesia tiene la misión defender y apoyar esta sociedad democrática”. “La sociedad española no es la misma de entonces y en no pocas veces hemos puesto en peligro esta convivencia en estos años”, reconoció García Beltrán que en el trabajo para tender puentes y evitar tensiones, “la Iglesia no se quiere mantener al margen, no entiende de sensibilidades políticas, pero en su seno viven hombres y mujeres de todas las opciones políticas”.
“Creo que hay una injusticia en el silencio en la conmemoración de los 40 años de la Constiitución, teniendo en cuenta que la Iglesia tuvo mucho que ver en la Transición pacífica, en pasar de un régimen personal a la democracia en paz y en convivencia”, expresó el prelado que expresó cómo “desde entonces, la Iglesia, con sus dificultades, ha intentado estar presente en la vida pública, aunque a veces el ritmo de nuestro paso no es el de otras instituciones”.
La Doctrina Social como propuesta
Así, anunció que “en el Episcopado español hoy hay un deseo claro de colaborar en la convivencia de todos los españoles con una palabra convincente y humilde”, aclarando que “la Doctrina Social de la Iglesia no es una tercería vía pero sí una propuesta para la regeneración política y social”.
“Creo que hay una injusticia en el silencio en la conmemoración de los 40 años de la Constitución, teniendo en cuenta que la Iglesia tuvo mucho que ver en la Transición pacífica, en pasar de un régimen personal a la democracia en paz y en convivencia”, expresó el prelado que expresó cómo “desde entonces, la Iglesia, con sus dificultades, ha intentado estar presente en la vida pública, aunque a veces el ritmo de nuestro paso no es el de otras instituciones”.