“Acabando la segunda década del siglo XXI, la respuesta de la Iglesia española a los abusos cometidos por clérigos es muy mejorable”. Es el dictamen de Gil José Sáez Martínez, vicario judicial de la Diócesis de Cartagena, quien subraya que “aunque todavía hay pocas denuncias ante las diócesis españolas, las actuaciones por parte de los obispos son insuficientes, descoordinadas y en muchos casos no se siguen correctamente las normas procesales”.
Las apreciaciones de este sacerdote, con años de experiencia en el trato con víctimas y en el análisis de la respuesta canónica y pastoral a los abusos en España, vienen a darle la razón a la sutil advertencia del jesuita alemán Hans Zöllner, quien el mismo día que Francisco pedía varias veces perdón por esta lacra en la eucaristía de clausura del Encuentro Mundial de las Familias de Dublín, aseguraba a Servimedia: “Estoy convencido de que el Episcopado español debería empeñarse con mucha fuerza y convicción en esta lucha contra los abusos”.
“Como hemos visto en otros países, si no estamos trabajando proactivamente, llegará un cierto punto en que saldrán casos a la opinión pública y en los medios, y no estaremos preparados“, añadía el presidente del Centro por la Protección de la Infancia de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma y miembro de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores.
Falta de información y desconocimiento
¿Y es proactiva la Iglesia española en esta cuestión? No lo parece, a tenor de las explicaciones del vicario judicial, quien asegura que de las 70 diócesis existentes, tan solo dos –Alcalá y Bilbao– ofrecen un servicio integral para las víctimas de abusos. “La inmensa mayoría de las víctimas que han interpuesto denuncias ante las diócesis, no han recibido información sobre el funcionamiento de los procedimientos que tiene la Iglesia ni sobre los derechos que les asisten”.
Un desconocimiento que afecta a los propios obispos pues, como asegura este canonista, fue solo en 2014, al publicarlos en su página web, cuando “algunos obispos” se enteraron de que, desde 2010, la Conferencia Episcopal Española (CEE) contaba con sendos protocolos de actuación.
“En 2011, la Congregación para la Doctrina de la Fe envió una carta circular para que las conferencias episcopales tuvieran una guía para elaborar protocolos integrales con los que responder a esta situación conforme a la normativa canónica universal y a las enseñanzas de Juan Pablo II y Benedicto XVI. Pues bien, la CEE hizo caso omiso a las recomendaciones de esa circular y sigue con los protocolos de 2010, que son insuficientes“, asegura Sáez.
[En la foto, el cardenal Ricardo Blázquez, en la presentación del libro de Daniel Pittet, víctima de abusos, y que fue prologado por el papa Francisco]