Francisco acepta la renuncia del obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, por motivos de salud

El anuncio de su jubilación ha sorprendido al tener lugar apenas unos días después de que el Papa abriera la puerta a un viaje a Canarias

Bernardo Álvarez, obispo de Tenerife

Ha sorprendido el anuncio que el Vaticano acaba de hacer público en el mediodía de este 16 de septiembre: el papa Francisco ha aceptado la renuncia de Bernardo Álvarez como obispo de Tenerife. No solo porque hace solo unos días, en su viaje de regreso a Roma desde Singapur, el Pontífice dejara abierta la posibilidad de visitar Canarias para visibilizar el drama migratorio en nuestra frontera sur, sino porque el prelado tinerfeño presentó su preceptiva renuncia por edad, al cumplir los 75 años, este pasado 29 de julio.



Pero, tal y como ha podido confirmar ‘Vida Nueva’ de fuentes cercanas, la única explicación se debe al estado de salud del prelado, no habiendo otra causa que justifique su salida. De hecho, de no haber sido por esta cuestión, lo lógico es que hubiera imperado la norma no escrita por la que lo habitual suele ser que el Papa, en señal de agradecimiento por la labor prestada en una diócesis, tarde un tiempo mucho mayor a la hora de aceptar la renuncia presentada por el obispo de turno.

Numerosos cargos en tres décadas

Y mucho más si tenemos en cuenta que Bernardo Álvarez, natural de la isla de La Palma, lo ha sido todo en la Diócesis de Tenerife: obispo (2005-2024), director espiritual en el seminario diocesano (1987-1992), responsable del Departamento de Catequesis de Adultos Desde (1994-1999) o vicario general (1999-2005), entre otros cargos.

La premura de la situación es la que también puede explicar otro dato a tener en cuenta: en el breve comunicado de la Santa Sede, de línea y media, solo se cita la salida del obispo, pero no se apunta quién será su sucesor ni en manos de quién queda el gobierno diocesano en este tiempo de transición.

Bernardo Álvarez

Encuentro con el Papa

A la espera de conocer los próximos acontecimientos, más allá del último pronunciamiento del Papa sobre Canarias, el 13 de septiembre, cuando dijo a los periodistas que le acompañaban en el avión que le gustaría “estar cerca de los gobernantes y de la gente”, es evidente que, al menos en la cuestión migratoria, Bergoglio y Álvarez han estado alineados. Hasta el punto de que el obispo tinerfeño fue uno de los que le visitaron en el Vaticano, el pasado 15 de enero, cuando el Pontífice quiso conocer de primera mano la situación en Canarias y recibió también al presidente autonómico, Fernando Clavijo, y al obispo de Canarias, José Mazuelos, junto a su auxiliar, Cristóbal Déniz.

Precisamente, los tres pastores, Álvarez, Mazuelos y Déniz, publicaron en julio una potente carta conjunta en la que clamaron contra “la instrumentalización ideológica y los discursos alarmistas que puedan tener lugar en torno a menores migrantes o al complejo fenómeno de las migraciones”.

Otra carta previa

Titulada ‘Una luz de esperanza para los menores migrantes’, seguía a otra misiva conjunta previa, del 8 de octubre de 2023, en la que ya expresaron su “preocupación” por la realidad migratoria en las islas. De ahí que volvieran a pedir “vías para una migración legal, ordenada y segura”.

También en las últimas horas, tras conocerse que el Papa se plantea viajar a Canarias, el obispo Mazuelos ha compartido con ‘Vida Nueva’ que el hecho de que Francisco haya expresado este deseo en público, “es un paso adelante” para que se cumpla. Sería, además, un aldabonazo en clave política, porque “el Gobierno de España no puede mirar para otro lado, tiene que implicarse. Es la hora de poner en marcha una política migratoria común, donde estén presentes todos los partidos”.

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