Finalmente ha ocurrido. El papa Francisco ha cuestionado –y bastante duramente– al gobierno de Javier Milei. Y ha sido la represión, con gas pimienta, de una manifestación de jubilados lo que ha colmado el vaso del Papa argentino, tal como recogen medios de su país.
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“En vez de pagar justicia social, pagó el gas pimienta”, ha dicho Francisco durante un acto realizado en el Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral con motivo de la celebración del 10 aniversario del primer Encuentro Mundial de Movimientos Populares.
“Me hicieron ver una represión de hace una semana, menos quizás”, ha relatado en un discurso improvisado, haciendo referencia a la marcha de jubilados que, la semana pasada, se manifestó ante el Congreso argentino y que acabó con una represión violenta por parte de la policía. “Obreros, gente que pedía por sus derechos en la calle y la Policía la rechazaba con una cosa que es lo más caro que hay, ese gas pimienta de primera calidad”, cuestionó el Papa.
Haciendo uso de ironía, Francisco ha señalado que estos trabajadores “no tenían derecho a reclamar lo suyo porque eran revoltosos, comunistas”. Entonces, “el gobierno se puso firme: en vez de pagar justicia social, pagó el gas pimienta; les convenía”.
“El diablo entra por el bolsillo”
En esta misma línea, Francisco se mostró preocupado ante la creciente “forma perversa de ver la realidad, que exalta la acumulación de riquezas como si fuera una virtud”. “El silencio frente a la injusticia abre paso a la división social y la división social abre paso a la violencia verbal, y la violencia verbal a la violencia física, y la violencia física a la guerra de todos contra todos”, añadió.
Pero, aunque estas palabras han causado gran revuelo, ya que no es habitual que el Papa critique abiertamente a un gobierno concreto, no fue lo único que dijo. De hecho, y aunque no llegó a precisar si se trataba de un caso de la actual administración en su país o de la anterior, ha llegado, incluso, a denunciar un presunto caso de corrupción.
El papa Francisco y el presidente de Argentina, Javier Milei
“Me contaba un emprendedor internacional, que estaba haciendo en Argentina unas inversiones de extensión de eso que ellos estaban llevando adelante, que trabajan muy bien y fue un acuerdo”, ha relatado Francisco. “Fue a presentar al ministro un nuevo plan de nuevas extensiones, el ministro lo atendió muy bien y dijo ‘dejemeló, ya lo van a llamar…’”, continuó.
“Al día siguiente, el secretario del ministro lo llamó, le dijo si puede pasar ‘en dos días, así le entregamos el permiso’. Pasó, le entregó los papeles y la firma… y cuando él, el emprendedor, se estaba por levantar, le dijo: ¿y para nosotros, cuánto?… ¿Y para nosotros, cuánto? La coima”, ha dicho, finalizando con una frase que, según ha revelado, les decía su abuela: “El diablo entra por el bolsillo, no se olviden”.
Encuentro Mundial de Movimientos Populares
Durante su exposición, el Papa estuvo acompañado de referentes de movimientos sociales de la Argentina, entre ellos Juan Grabois y el titular de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), Alejandro “Peluca” Gramajo. También intervienen en la cumbre el prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, Cardenal Michael Czerny, el Cardenal Peter Turkson y dirigentes del núcleo fundador del vínculo entre los movimientos populares y la Iglesia como Xaro Castelló (España) y Joao Pedro Stedile (Brasil).
En representación de los movimientos populares de los distintos continentes fueron invitados Anuka Thirimadura, (La Via Campesina, Asia), Rose Molokoane (Slum Dwellers International, Africa), Susana Réfega (Movimiento Laudato si’, Europa), Naema Yaqoub (Mediterranea Saving Humans / Refugees in Libya, Africa), Nicole Leiva (Puente Alto Chile, Latinoamérica) y Gloria Morales (Pico Network, Norte América).
