El cuerno de la abundancia
La última muestra de este empeño -convertido ya casi en filón inagotable- lleva por título El cuerno de la abundancia, y se la debemos a Juan Carlos Tabío. No podía ser de otro modo. Él ha sido quien, junto al difunto Tomás Gutiérrez Alea, ha sacado adelante algunas de las producciones más recordadas de aquel país en las dos últimas décadas: Fresa y chocolate (1994), Guantanamera (1995) o Lista de espera (2000).
Así, con el aliciente de la riqueza fácil como motor del relato y la narración en primera persona de su protagonista (el ya habitual Jorge Perugorría), el realizador habanero regresa al universo que mejor conoce: el de la comedia costumbrista y su retrato coral de unas gentes -ellas sí- que encarnan el verdadero milagro cubano. Porque, ilusos o miserables, los personajes de esta cinta ponen nombre, vida y color a la dignidad, la misma que durante medio siglo lleva sobreponiéndose al embargo, a la presión estadounidense y al propio régimen castrista.
No es ésta -ni muchísimo menos- la mejor creación de Juan Carlos Tabío, pero que Cuba siga arrancándonos una sonrisa con sus pequeños prodigios merece todo nuestro respeto y admiración. Tampoco es fácil hacer del cine un estandarte de libertad, y el equipo de esta película lo ha vuelto a lograr.
FICHA TÉCNICA
TÍTULO ORIGINAL: El cuerno de la abundancia
DIRECCIÓN: Juan Carlos Tabío
GUIÓN: Arturo Arango y Juan Carlos Tabío
FOTOGRAFÍA: Hans Burmann
MÚSICA: Lucio Godoy
PRODUCCIÓN: Gerardo Herrero, Camilo Vives, Mariela Besuievsky
INTÉRPRETES: Jorge Perugorría, Enrique Molina, Paula Alí, Yoima Valdés, Laura de la Uz, Annia Bú, Tahimi Alvariño, Vladimir Cruz, Mirtha Ibarra
En el nº 2.635 de Vida Nueva.