Españoles participarán en Francia en la segunda edición del ‘Festival Anuncio’
A lo largo de toda una semana de julio de 2008, 200 jóvenes se desplazaron desde el sur al norte de Francia con el único objetivo de mostrar su tesoro: la fe en Cristo. Un año después, la segunda edición de ‘Anuncio’, que tendrá lugar del 20 al 30 de agosto, ya cuenta con la anunciada participación de alrededor de 350 jóvenes, de entre 18-35 años. Como la anterior, su estructura será parecida. Tras un fin de semana en Massif de la Sainte Blaume -localidad del sur donde se encuentran los restos de santa María Magdalena-, todos ellos serán enviados en misión, en grupos de 40, hacia siete ciudades repartidas por toda Francia (Cannes, Nimes, Saint Tropez, Saint Raphael, Toulouse, Lyon y París). En general, en todas habrá el mismo esquema de actividades, aunque con particularidades según el contexto. Así, en los enclaves costeros se primarán los juegos en la playa, los conciertos y las actividades deportivas. En los centros más urbanos tendrán preferencia las exposiciones fotográficas, los espectáculos y las mesas redondas.
Una de las implicadas en este sentido es Marine Sornay, perteneciente al grupo de diez amigos al que Raphael expuso su idea de un festival juvenil diferente. Estudiante de Ciencias Políticas en España, a sus 23 años es una de las delegadas que están dando a conocer el proyecto en nuestro país. Sus palabras denotan que es feliz por formar parte de este proyecto: “Pese a estar siempre muy implicada en mi parroquia, jamás había salido a la calle a hablar a los otros de mi fe. Cuando el año pasado me lo propusieron, no quería, me daba muchísima vergüenza. Pero acepté. Ahora me alegro muchísimo, pues cuando lo haces, sientes que formas parte de un grupo que transmite a los demás felicidad, amor y caridad”. Para ella, lo principal de su acción evangelizadora es la posibilidad de ser un testimonio vivo: “Evangelizamos desde el ocio. Con actividades creativas y lenguajes novedosos es mucho más fácil mostrar que el ser cristiano va unido a la alegría. La gente nos ve y percibe que somos chicos normales, alejados de los tópicos negativos que a veces prevalecen sobre la Iglesia. Queremos testimoniar un nuevo rostro del joven cristiano y que se cumpla lo que Jesús dijo al mundo de todos los que le seguimos: ‘Para que veáis cómo se aman’. Yo he experimentado que Cristo siempre ayuda a los que se arriesgan por Él. Su recompensa es mi felicidad, y eso es lo que quiero anunciar”.
Abierto a todos
Desde el Departamento de Pastoral de Juventud de la CEE, con el que los responsables de ‘Anuncio’ mantienen contacto, valoran como “muy interesante” el proyecto. Hasta el punto de darle su total apoyo y haber dirigido a todas las diócesis información sobre el encuentro que tendrá lugar en agosto, invitando a asistir a título individual -para esta edición no se ha preparado nada desde España de un modo organizado- a todos aquéllos que así lo deseen.
Alfredo Schoch, joven de 18 años que lleva desde los nueve en grupos de Schoenstatt, tiene claro que en agosto acudirá a Francia: “Conocimos a Marine y a Fanny (hermana de Raphael, quien a sus 23 años también estudia en España y es embajadora de Anuncio) cuando comenzaron a venir a misa a nuestra parroquia, pues veían que a ella acudían muchísimos jóvenes. Quedamos un día y nos contamos mutuamente nuestros dos proyectos, comprobando con gran satisfacción lo parecidos que eran, siendo en dos países diferentes. Por ello, cuando nos invitaron a acudir a ‘Anuncio’, también se lo comunicamos a otros grupos y parroquias. Estoy seguro de que merecerá la pena”. Alfredo ofrece su particular diagnóstico sobre el papel de los jóvenes en la Iglesia: “A veces notamos que no somos apoyados por ciertos párrocos que no quieren complicarse y organizar actividades. Es cierto que la pastoral juvenil está muy olvidada en muchas parroquias. También, dentro de muchos jóvenes se aprecia poca implicación y mucha comodidad y apatía. Por eso es tan importante darles un estímulo, que vean lo que hacemos. Me siento responsable por querer enseñar a los demás el tesoro que guardo y que me hace feliz. Veo a muchos compañeros y conocidos y pienso que si no son cristianos es porque no se les ha dado la oportunidad para poder serlo”.
Un proyecto ya consolidado
En el nº 2.667 de Vida Nueva.