Sólo era cuestión de tiempo que el turista Allen regresara a Nueva York, la ciudad-diván, el inevitable escenario de encuentros imposibles y desencuentros memorables, la patria chica de sus eternas inquietudes. Y ese feliz reencuentro se ha producido con Si la cosa funciona, una comedia ácida y sin complejos acerca del amor, el azar y otros males necesarios.
Atrás han quedado las bellas estampas de entonces, los exteriores de Londres o de la Ciudad Condal. El realizador neoyorquino vuelve a interesarse por las radiografías interiores, por los mecanismos y resortes que manejan la mente, agitan el corazón y llegan a desdibujar el alma; los mismos que casi siempre escapan a nuestra inteligencia y voluntad, porque quedan a merced de las pasiones, cuando no del destino. Y es que, como ya recordaba en aquella “muerte súbita” a orillas del Támesis, suele salir más a cuenta tener suerte que ser bueno.
Una filosofía abanderada ahora por el protagonista de esta historia (el inclasificable cómico Larry David, erigido en portavoz del director y no pocas veces arengando directamente a cámara), un misántropo que reniega de su raza y con la rara virtud de no hacer sentir bien a casi nadie. Descreído y solitario, este individuo tan sólo confía en las bondades de lo establecido mientras dure (si la cosa funciona…). Y así se lo transmite a la joven que irrumpe en su vida, otra fugitiva como él, pero que no viene huyendo de la violencia y el sinsentido de esa sociedad que continuamente detesta desde su condición de Nobel frustrado, sino de la América sureña y profunda, de unos padres desubicados y de unas férreas creencias.
Han cambiado los peones, no el tablero. La pluma del guionista de origen judío reescribe con verbo ágil lo que su objetivo capta con mirada honesta y un excelente sentido del humor: los problemas de pareja, las cortapisas de la religión o el extraño magnetismo de la gran ciudad. Viejos argumentos que recuperan aquí un espíritu y una sensibilidad en el modo de concebir este arte que nos han regalado un puñado de títulos para el recuerdo. Nunca es tarde para revivir aquellas agradables sensaciones y reírnos abiertamente de cuanto somos (y nos creemos). Verán cómo la cosa sí funciona.
FICHA TÉCNICA
TÍTULO ORIGINAL: Whatever works
GUIÓN Y DIRECCIÓN: Woody Allen
FOTOGRAFÍA: Harris Savides
DISEÑO DE PRODUCCIÓN: Santo Loquasto
PRODUCCIÓN: Letty Aronson y Stephen Tenenbaum
INTÉRPRETES: Larry David, Evan Rachel Wood, Patricia Clarkson, Ed Begley Jr., Conleth Hill, Michael McKean, Henry Cavill
En el nº 2.678 de Vida Nueva.