Con el título de “Insolidario aborto”, quien fuera auxiliar del cardenal Tarancón, considera “una pena y una vergüenza que haya muchas mujeres que deciden eliminar al hijo en la cuna de su vientre, al mismo tiempo que muchas parejas tienen que recorrer un largo camino de burocracia, gestiones y viajes a lejanos países para conseguir algún niño o niña en adopción”.
Manifestación festiva
En este sentido, el pasado sábado 17 tuvo lugar en Madrid la manifestación que, convocada por más de cuarenta colectivos –varios de ellos cristianos–, pidió al Gobierno la marcha atrás de la reforma de la Ley del Aborto que actualmente se está tramitando. Más allá de la habitual guerra de cifras –los organizadores hablaban de dos millones de personas y fuentes policiales rebajaban la cifra a 250.000– la concentración fue multitudinaria, llenando el trazado entre Sol y la Puerta de Alcalá durante más de dos horas.
Muy destacable resultó el ambiente pacífico, festivo y familiar, alejado de cualquier modo de tensión. Sin la presencia de ningún obispo, la gran mayoría de los presentes venían movilizados desde sus respectivas diócesis, abarcando todo el mapa nacional, incluyendo las insulares Canarias y Baleares.
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