Esta novela de Pablo d’Ors (Anagrama, 2009) es recensionada por Juan Carlos Rodríguez.
El amigo del desierto
Autor: Pablo d’Ors
Editorial: Anagrama
Páginas: 144
(Juan Carlos Rodríguez) La buena literatura siempre resistirá, mientras escritores como Pablo d’Ors persistan en “contemplar y crear”, como en algún momento de esta novela afirma Pavel, su protagonista desde una casa de Beni Abbès. Le hemos llamado protagonista quizás de modo convencional, porque aquí el protagonismo habita en la búsqueda del hombre interior, en el paisaje, en las ideas, en el silencio. En cierto modo, estamos ante una novela mística, profunda, parabólica, si cabe.
Porque, como suele proceder el siempre sugerente d’Ors, habita en ella un lenguaje sencillo y diáfano, pero capaz de suscitar hondura y emoción. “Me limito a contemplar el paisaje y a reproducir la esencia de lo contemplado en unos pocos trazos, convencido de que en esa contemplación y creación radica el único éxito posible de toda búsqueda”, dice Pavel desde su asociación de “Amigos del desierto”, cuando, frente al Sáhara, ve cómo se transforma su vida y su corazón. Contemplar y crear. Eso hace d’Ors y eso transmite y exalta su novela. Pero no la enmarquemos, pues está llena de sugerencias, matices y bondades que en cada lector se dejarán sentir a su manera.
En el nº 2.680 de Vida Nueva.