Cada cierto tiempo, del Archivo Secreto Vaticano surgen noticias de gran interés para el público en general. ¿En qué están hoy trabajando los investigadores que acoge y qué nuevas sorpresas podemos esperar?
Nadie puede saber realmente qué es lo que se descubrirá, ya que nuestras fuentes son amplísimas. Uno de los casos que ha tenido más repercusión en los últimos años es el de los templarios. No se trata realmente de un descubrimiento, pues los pergaminos eran conocidos, pero se han estudiado, entendido y relacionado ofreciendo así una nueva lectura. Normalmente no se producen descubrimientos sensacionales porque las investigaciones llevan en curso desde hace más de un siglo. El Archivo fue abierto en 1881 y, desde entonces, han pasado por sus salas estudiosos de todo el mundo que han investigado todos nuestros fondos. No obstante, podemos esperar lecturas nuevas que saquen a la luz aspectos interesantes, tanto de figuras como de períodos históricos. Para ello es clave que el estudioso haga investigaciones largas, de años, para que así construya un cuadro histórico con enjundia sobre una determinada materia o personaje.
Desde el siglo X
¿Se pueden esperar descubrimientos sobre los orígenes del cristianismo?
No contamos con documentos de esa época. El Archivo ha existido siempre con los papas y teníamos testimonios desde el siglo V. Sin embargo, los incendios y los saqueos sufridos durante la Alta Edad Media echaron a perder toda la información. Los documentos más antiguos que nos han quedado son del siglo X y, sobre todo, del XII. A partir de esa época hay más continuidad. Se puede decir, por tanto, que al menos la mitad de la memoria de la Iglesia está en el Archivo Secreto Vaticano. Conservamos los archivos de los papas y de la curia romana de manera continua desde el siglo XII, como le decía. De ahí viene su gran importancia: como el Papa era el soberano de todos los soberanos y tenía relaciones con toda Europa, primero, y luego con América, después de su descubrimiento, nuestro archivo es central en la historia mundial.
El 2009, como Año Internacional de la Astronomía, ha estado lleno de recuerdos a la figura de Galileo. El Vaticano ha contribuido a ello con libros y distintos eventos. Usted incluso ha escrito un libro sobre el caso. ¿Cree que, después de todo, el público en general ha entendido bien cómo fue su proceso y cuál fue la posición de la Iglesia?
Iglesia y Guerra Civil
¿Fue aquel proceso un pulso entre Galileo y el papa Urbano VIII?
En el juicio a Galileo se mezclan muchísimas cosas que el gran público no llega a entender. Una de estas cuestiones es el enfrentamiento personal que se da entre Urbano VIII y Galileo. Fue el choque entre dos personalidades muy fuertes. Cuando se encuentran dos personas así es común que se llegue a consecuencias equivocadas y demasiado personales. Era también importante la influencia que tuvo la preocupación por la exégesis de las Sagradas Escrituras o el peligro político que sufre Urbano VIII con España. Él era filofrancés, mientras que el cardenal Borgia seguía diciendo que España le iba a acusar de herejía si no condenaba las teorías de Galileo. Había tantos miedos y circunstancias que, todas juntas, llevaron a la condena. Hoy podemos decir con claridad que la sentencia fue un error, pero hay que tener en cuenta todo el entorno. El proceso se debe seguir estudiando, hay aspectos todavía poco claros. La pena es que a la opinión pública le llega sólo la idea de que la Iglesia es enemiga de la ciencia y que por ello condenó a Galileo. Es curioso también el caso de Copérnico, que fue censurado no por los católicos, sino por los protestantes.
En España hay gran interés por saber si la Inquisición tenía una postura antijudía. ¿Hay estudiosos investigando en el Archivo Secreto para clarificar este asunto?
Que yo sepa ahora mismo no hay ninguno. Puede escapárseme, ya que cada día vienen entre sesenta y setenta investigadores de todo el mundo. Estoy informado sobre a qué se dedica cada uno de ellos, pero obviamente no sé todos los documentos que leen. Hay muchos estudiosos españoles, pero la mayoría de ellos están interesados en la época que comprende la Guerra Civil. Acabamos de abrir nuestro Archivo hasta el año 1939 y hay mucho interés por esa época. Muchos están investigando sobre el papel de los obispos españoles y acerca de las relaciones entre el Vaticano y el Gobierno de Madrid. Quien quiera estudiar el papel de la Inquisición creo que encontrará más fuentes en el Archivo de Simancas y en la Biblioteca Nacional de Madrid.
¿Cree usted que se hallarán novedades significativas sobre la relación de la jerarquía eclesiástica con el bando franquista durante la Guerra Civil?
Esta cuestión ya ha sido estudiada por algunos investigadores, que han publicado algunos libros. Otras obras sobre el mismo tema saldrán en poco tiempo, y es de esperar que en el futuro tengamos nuevos datos, ya que son varios los estudiosos que está trabajando sobre estas relaciones. Se sabrá aún más cuando se abra el período del papa Pío XII, que comprende desde ese año 1939. Entonces se podrá tener acceso a los documentos del período franquista.
Cada setenta años
¿Por qué se abren los archivos por pontificados y sólo cuando han pasado setenta años? ¿No cree que la historia se ha acelerado en las últimas décadas y no supondría riesgo alguno permitir el acceso a documentos más recientes?
¿Aclarará esa apertura de los documentos de la etapa del papa Pío XII cuál fue finalmente su posición con respecto a los judíos?
No puedo decir nada definitivo porque el Archivo está todavía cerrado, pero con lo que he visto, le garantizo que no sólo se verán las acciones de Pío XII en la cuestión judía, sino también las enormes ayudas que dio a tantas Iglesias que sufrían en Europa. Creo que muchas opiniones preconcebidas sobre Pío XII y los judíos cambiarán cuando salga a la luz toda la información. Hay muchísimo material que los propios historiadores judíos críticos podrán ver y confrontar así su opinión con los documentos.
Presencia en Internet
¿Es verdad que la vida de Pío XII corrió peligro por su afán de salvar judíos del nazismo?
Cuando se abran los Archivos podremos saberlo con certeza. No obstante, se sabe que hubo un momento en que Hitler pensó deportar al Papa a Alemania. Pío XII era muy consciente del riesgo y había preparado un documento en el que sostenía que si le deportaban iría como cardenal Pacelli, no como Pontífice. Se trata de una sutileza significativa para mostrar que Pío XII no quería ser víctima como Papa de un carnicero como Hitler.
¿Es cierto que hubo un pacto anticomunista entre Pío XI y Benito Mussolini?
¿Qué proyectos tiene el Archivo Secreto Vaticano con las nuevas tecnologías? ¿Se han planteado permitir el acceso a sus documentos desde Internet?
Soy contrario a colgar los documentos en Internet porque pueden ser manipulados y, también, por una cuestión de privacidad. Estoy a favor, sin embargo, de poner en la Red todos nuestros inventarios y nuestros métodos de búsqueda. Lo haremos cuando tengamos la ca- pacidad. Así se facilitará el trabajo a los historiadores, que no tendrán que moverse de sus lugares de origen para saber si tenemos o no un determinado documento.
¿Cuántos investigadores pasan por el Archivo Secreto Vaticano a lo largo del año?
Alrededor de 1.200, provenientes de todo el mundo. Después de la caída del Muro de Berlín ha habido un gran aumento de los estudiosos procedentes de los países de Europa del Este. Luego están los investigadores “clásicos”: españoles, franceses, portugueses, italianos, belgas, alemanes… También vienen de Japón, México, Ecuador, Filipinas…
¿Se cuenta con información importante sobre la posición de la Iglesia en los procesos de independencia de las antiguas colonias españolas en Latinoamérica?
Sí. En el futuro serán publicados libros sobre esta cuestión, ya que hay varios estudiosos latinoamericanos que están ahora investigando sobre ello. Recibo a menudo a los embajadores de estos países y me muestran el fuerte interés por estos temas que hay en sus respectivas naciones.
dmenor@vidanueva.es
En el nº 2.691 de Vida Nueva.