La CLAR, que ratificó su fidelidad al Horizonte Inspirador aprobado en su última Asamblea, destacó en su análisis el impacto, no sólo económico, sino también humano y ecológico, de la crisis financiera mundial, el incremento de actividades extractivas de la naturaleza, las democracias disfuncionales, la pérdida de credibilidad de las instituciones eclesiales, el agotamiento de los modelos de Vida Consagrada y su pérdida de significatividad. Pero también la globalización “desde abajo”, las nuevas configuraciones políticas, la alianza entre ser humano y medio ambiente, la inter-congregacionalidad de experiencias misioneras, comunitarias y formativas, las nuevas formas de Vida Consagrada y la Misión Continental de Aparecida.
Líneas estratégicas
Asimismo, se confirmaron las convicciones del Plan Global que la CLAR ha ido decantando en los últimos años, con relación a: la Palabra de Dios, la actitud de escucha, los rostros sufrientes de los pobres, la identidad de América Latina y El Caribe, una Vida Consagrada nueva y sus 50 años de historia. Y se aprobó también el aterrizaje de este marco en estas líneas estratégicas: la transversalidad de la Palabra de Dios, la escucha del clamor de la vida, la búsqueda de identidades carismáticas significativas y la memoria y profecía de la CLAR; y en los proyectos que se impulsarán durante los próximos tres años: Animación y Servicio, Regionalización, Carisma y Laicado, Formación de animadoras y animadores de comunidades, Inter-congregacionalidad e institucionalidad en la Amazonía, Misión inter-congregacional en Haití y Proyectos de cambio sistémico y economía solidaria.
En el nº 2.702 de Vida Nueva.