En el marco de este encuentro se ha presentado un importante proyecto de la Comisión Episcopal de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española (CEE) a través del que se pretende hacer una radiografía de la pastoral de migraciones en España. Por medio de un estudio sobre los diez últimos años de presencia de la Iglesia en este ámbito, se pretende “diseñar desde ahí un modelo de integración que sea propio de la Iglesia española”, según ha explicado a Vida Nueva José Luis Pinilla, director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Migraciones.
Se espera que este trabajo, que se va a encargar a la Universidad Pontificia Comillas, pueda comenzar este mismo año y desde la CEE intuyen por dónde pueden ir las claves del modelo. Una de ellas, según Pinilla, sería “lo religioso como factor de cohesión”, a la que habría que sumar la acción de la Iglesia “en su doble vertiente: la caritativo-social y la pastoral-espiritual”, de manera que no se limite sólo a la atención social de los inmigrantes, sino que también se tenga en cuenta la corresponsabilidad de éstos en la vida eclesial.
Voz profética
El director del Secretariado apunta que, en el tema de las migraciones, la Iglesia debe ser “una voz profética hacia dentro”, en el sentido de “ver cómo aprovechar la presencia de estas personas para el enriquecimiento de nuestras comunidades”; y “hacia fuera”, buscando “combatir el blindaje clarísimo, sobre todo de Norteamérica y de Europa, a las migraciones”.
Las Jornadas –que han contado con la participación de unas 60 personas y la presencia de los prelados José Sánchez, presidente de la Comisión Episcopal de Migraciones, y de Braulio Rodríguez, arzobispo de Toledo– también han servido para analizar, entre otros aspectos, la Integración de la segunda generación y la importancia de Lo interreligioso como factor de integración. Las ponencias han estado acompañadas de experiencias concretas que se han desarrollado en distintas diócesis españolas.
En el nº 2.709 de Vida Nueva.