(Pablo Romo– México DF) Obispos de varios países de América Latina se reunieron recientemente en Washington para pedir “una reforma profunda y humanitaria” de la ley de inmigración estadounidense, en una prueba más de que la Iglesia del continente une su voz para defender la dignidad de millones de personas amenazadas en su trabajo y en sus derechos humanos más básicos.
El obispo de Salt Lake City y hasta ahora presidente del Comité de Migración de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés), John C. Wester, señaló en rueda de prensa en la capital estadounidense que la Iglesia católica busca “formar una respuesta pastoral y multinacional a las personas forzadas a migrar por la violencia o por las dificultades económicas”.
Los obispos coincidieron en señalar que es indispensable prestar atención a las causas económicas que impulsan a millones de personas a salir de sus países, “dejándolo todo y arriesgando sus vidas para sobrevivir”.
Si bien las autoridades federales aseguran que no es posible abordar una reforma profunda, pues no cuentan con los votos necesarios en el Parlamento, organizaciones civiles y religiosas –entre ellas, la Iglesia– no cesan en sus movilizaciones exigiendo que se derogue la ley “racista y xenófoba” de Arizona.
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