Aunque las autoridades han prometido que investigarán a fondo el caso, son ya casi 24.000 los asesinatos que se han producido en el país por la guerra que libra el Ejecutivo contra el narcotráfico y el crimen organizado.
Ante este nuevo suceso, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) emitió un enérgico comunicado lamentando “profundamente los hechos criminales y el aumento de la violencia que enturbian y ponen en riesgo el proceso democrático de las elecciones”.
Por boca de su presidente y arzobispo de Tlalnepantla, Carlos Aguiar Retes, y de su secretario general y obispo auxiliar de Texcoco, Víctor René Rodríguez Gómez, los obispos del país reconocen que “los terribles momentos de inseguridad, muerte y zozobra que vive el Estado de Tamaulipas nos llevan a pensar cuánto tiempo más y cuántas muertes más tendrán que registrarse en este territorio y en otros puntos del país”.
Esta “situación de angustia” debe ser, según los prelados, “un llamado enérgico a la sensibilidad de todas las autoridades de los tres Poderes de la Unión, líderes políticos, organizaciones sociales, sistema educativo, medios de comunicación, Iglesias y población entera a la colaboración y participación en la búsqueda de las soluciones y estrategias que coadyuven a crear los ambientes de confianza, paz y sosiego que necesitamos”.
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