Libertad y diálogo para Venezuela

Bporras 4(+ Baltazar E. Porras Cardozo– Vicepresidente del Consejo Episcopal Latinoamericano y arzobispo de Mérida, Venezuela)

“El Episcopado llama a que Venezuela sea una casa común: amplia, acogedora, tolerante, pacífica y fraterna. Una gran familia que cultive la libertad y el respeto, con un proyecto de país donde quepamos todos y sean respetados plenamente los derechos humanos. Necesitamos cultivar el diálogo sereno”

En Venezuela se achican los espacios de convivencia plural, de libertades y tolerancia. El poder acapara todos los espacios posibles, generando una dependencia directa de buena parte de la población. La exclusión crece y el proyecto revolucionario de caminar hacia el “mar de la felicidad”, la Cuba comunista, es el espejo que se ofrece como destino final.

La descalificación sistemática de personas e instituciones marca el ritmo de los ataques, generalmente insultantes y muy bien orquestados mediáticamente, de la política del Estado-Gobierno. El turno le ha tocado a la Iglesia católica en la persona del cardenal de Caracas, y a la Conferencia Episcopal: “El Papa miente al decir que representa a Cristo, pues éste sólo está en el pueblo”, y se ordena revisar los convenios con el Vaticano porque “basta ya de privilegios”.

En este clima de zozobra y parálisis, el Episcopado llama a que Venezuela sea una casa común: amplia, acogedora, tolerante, pacífica y fraterna. Una gran familia que cultive la libertad y el respeto, con un proyecto de país donde quepamos todos y sean respetados plenamente los derechos humanos. Necesitamos cultivar el diálogo sereno, como medio necesario para una auténtica convivencia ciudadana.

El pueblo desea vivir en democracia, en Estado de derecho, con participación real de todos. Es totalmente inaceptable la imposición de un Estado socialista que se inspira en el régimen comunista cubano y se ha venido concretando a través de leyes y hechos que desconocen la voluntad popular y la Constitución vigente.

Los venezolanos hemos de tener esperanza y confianza. Si grandes son los obstáculos que se han de vencer, mayores deben ser los esfuerzos por la reconciliación, la paz y la solidaridad, especialmente con los más pobres. Para esto contamos con la fuerza de nuestra libertad y el auxilio del Señor Jesucristo.

En el nº 2.717 de Vida Nueva.

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