¿Qué busca la Cope?

Jlortega 11(Joaquín L. Ortega– Sacerdote y periodista)

“A la hora de la identidad lo que cuenta no son los latiguillos publicitarios sino los hechos. ¿Qué pensar, por ejemplo, de esa cuestionable y, al parecer, inocente ‘plataforma’ a favor de unas elecciones anticipadas?”

Muchos años de presencia activa en la Cope –desde 1959 hasta 2006– me empujan todavía a seguir los pasos de la cadena. Percibo que ahora, tras la salida –por fin– de algunas de sus estrellas más erráticas, tantea, sin acierto, su real identidad. El reciente maridaje de Popular TV con una empresa mexicana no resulta convincente. Es una fórmula que no encaja con el modelo fundacional elegido por la Cope.

Casi más me preocupa la fiebre definitoria que padece ahora esta cadena y que se traduce en latiguillos sin cuento: “Somos libres”, “Sabemos lo que queremos”, “Se nos entiende todo”. El oyente se siente vapuleado sin piedad por esa granizada de latiguillos de autobombo y acude a refranes del tenor de: “Dime de qué presumes y te diré de lo que careces”.

Todavía extraña más la campaña de captación de audiencia resuelta también en rociadas de latiguillos: “Si buscas la verdad, eres Cope”, “Si tienes valores, eres Cope”, “Si eres fiel a tus principios, eres Cope”.

Y uno, tras semejantes chaparrones, se pregunta: ¿qué es ser Cope? ¿Acaso es COPE una filosofía, una militancia o una fe? Así parece confirmarlo el inevitable latiguillo que sirve siempre de broche final: “¡El orgullo de ser Cope!”.

A la hora de la identidad lo que cuenta no son los latiguillos publicitarios sino los hechos. ¿Qué pensar, por ejemplo, de esa cuestionable y, al parecer, inocente “plataforma” a favor de unas elecciones anticipadas? Yo no lo incorporaría a la lista de los aciertos que ha tenido la Cope. Ahí,se propone una cosa y se vislumbra que se pretende otra. La identidad de Cope estará siempre marcada por su condición confesional y, además, por su pertenencia a la Conferencia Episcopal. Y siendo así, cualquier atisbo de partidismo político o de radicalidad no resulta pertinente.

Suenan ahora nuevos fichajes. ¡Ojalá que den en el clavo!

En el nº 2.717 de Vida Nueva.

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