Uno de los ejes de las jornadas fue la presentación de un estudio en el que se trató de concretar El perfil del educador cristiano del siglo XXI. Elaborado por los centros universitarios de formación del profesorado CES Don Bosco, Escuela Universitaria de Magisterio (ESCUNI), Cardenal Cisneros y Universidad Pontificia Comillas, el informe diseña la radiografía de lo que debería caracterizar hoy a un profesor cristiano, destacando que ha de participar “en la tarea evangelizadora de la Iglesia” y evitar “el relativismo y la pérdida de identidad”. Por su vivencia de la fe, “los maestros deben ser testigos del Evangelio, modelos, que no dejen de mirar a aquéllos que están en riesgo de exclusión”. Traduciéndose su pertenencia eclesial en una implicación social, los maestros han de ser “socializadores, capaces de transmitir a los alumnos ese compromiso social”.
Entre los ponentes, figuraron el secretario general de Escuelas Católicas, Juan Antonio Ojeda; el presidente de la delegación madrileña, Javier Agudo, o el obispo emérito de Palencia, Nicolás Castellanos. De gran interés para el público resultó la intervención del seleccionador nacional de fútbol, Vicente del Bosque, que vinculó los valores del deporte y la escuela. También hubo representantes políticos, como la consejera madrileña de Educación, Lucía Figar, o la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quien agradeció “la gran labor de los centros de FERE en la educación madrileña” y denunció que “es una gran falsedad decir que los centros concertados no escolarizan inmigrantes”.
–
El grueso del II Congreso de Escuelas Católicas de Madrid estuvo enfocado en la reafirmación de la apuesta por la innovación, considerando ésta “consustancial a la escuela católica”, por estar su razón de ser “en el anuncio del mayor innovador social de la historia, que no es otro que Jesús de Nazaret”. Tal y como se apuntó en las conclusiones finales, la verdadera innovación radica “en la detección de necesidades y en la búsqueda y encuentro de soluciones desde el ingenio y la creatividad, sin que necesariamente los recursos materiales, y entre ellos la tecnología, sean imprescindibles”. Algo en lo que abundó el director general de SM, Javier Cortés, quien señaló en su ponencia que “innovar no tiene nada que ver con invadir de tecnología, sino que se trata de un proceso que posee su propia dinámica, que se puede aprender y enseñar, y que requiere un proceso de caos porque lo nuevo sólo nace de la descomposición y reorganización de lo antiguo”.
Otra de las principales conclusiones del encuentro es que toda innovación ha de estar “verdaderamente subordinada a la identidad y al proyecto educativo de los centros”, permitiendo “transmitir más y mejor su mensaje evangelizador”.
En el nº 2.731 de Vida Nueva.