Además de denuncia, la historia de esta joven también transmite esperanza, pues, gracias a la intervención de la Policía y sobre todo de las Religiosas Adoratrices, ha podido comprobar que “la vida merece la pena vivirla; aunque no se tenga mucho dinero, es mejor vivir tranquila”. “Si me lo propongo, puedo construir otra vida”, cuenta la joven a las religiosas, que distribuyen su testimonio como ejemplo de otros similares.
A dar esa nueva oportunidad están plenamente dedicadas las discípulas de santa María Micaela del Santísimo Sacramento. Primero se creó la Obra Social y después la Congregación de “mujeres consagradas al servicio de mujeres explotadas”, cuya labor cuenta con más de 170 proyectos en 20 países de todo el mundo.
Misión actualizada
“Onna ha querido ser una actualización de nuestra misión en la Iglesia y en el mundo, en el hoy de Sevilla”, afirma la adoratriz. Las religiosas realizan visitas a los lugares donde saben que pueden encontrar a estas mujeres. Esa cercanía igualmente se percibe en su actitud de escucha permanente, a través del teléfono de atención 24 horas y de la web (www.onnadoratrices.org).
Dámaris, la primera mujer no judía que creyó en la resurrección de Jesús y, por tanto, se puede decir que en otra vida, da nombre al proyecto destinado a la acogida, que cuenta con quince plazas. Con las beneficiarias se realiza un trabajo integral de la persona a través de diferentes áreas de actuación (educativa, psicológica, social, formativa, laboral o lúdica). Como última fase de esta labor, la congregación cuenta con el piso de inserción y autonomía ‘Betuel’, un pequeño oasis en el que cuatro mujeres pueden prepararse para la plena autonomía.
El programa Onna Adoratrices pretende, al mismo tiempo, la sensibilización de la sociedad. Según la coordinadora, “consideramos que cada hombre, mujer, niño, adolescente, adulto o anciano debe ser consciente del drama de estas mujeres a través de un conocimiento mayor de la problemática y de intentar dejar a un lado todos los prejuicios creados para separar en vez de integrar”.
Más información en el nº 2.731 de Vida Nueva. Si es usted suscriptor, lea el reportaje completo aquí.