El proceso se remonta a 1999, cuando los obispos españoles pidieron a Juan Pablo II que declarara al santo Doctor de la Iglesia, pero no ha sido hasta hoy cuando se ha dado un paso importante en su favor.
Atrás ha quedado todo el trabajo de María Encarnación González, directora de la Oficina para las Causas de los Santos de la CEE, que fue la encargada de elaborar la Positio, que incluye toda la información sobre el proceso, exigida por la Congregación para las Causas de los Santos.
El Papa tiene la última palabra
Una vez concluido –se completó en abril de 2010–, el documento pasó a ser estudiado por la comisión consultiva del Vaticano, que es la que este domingo le ha dado el visto bueno.
Así las cosas, el proceso pasará ahora a una comisión de obispos y cardenales que tendrá que elaborar un texto para presentar al Papa que será en última instancia quien decida si San Juan de Ávila se convierte o no en Doctor de la Iglesia Universal.
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