ANTONIO PELAYO | Corresponsal de Vida Nueva en Roma
“Riccardo Muti, el gran director de orquesta, ha expresado su tristeza: ‘Cuando voy a la iglesia y oigo esas canciones rascadas a la guitarra o coritos con textos inútiles e insulsos, pienso que es un insulto'”.
El gran director de orquesta ha recibido la ciudadanía honoraria de la ciudad de Trieste y, dialogando poco después con algunos periodistas, ha expresado su tristeza por la pérdida del patrimonio musical de la Iglesia: “Cuando voy a la iglesia y oigo esas canciones rascadas a la guitarra o coritos con textos inútiles e insulsos, pienso que es un insulto”.
No le falta razón al maestro: la vulgaridad musical, salvo contadas excepciones, impera en nuestras liturgias. Lo más grave es que este importante problema, muchos sacerdotes ni lo perciben siquiera, porque no han recibido en los seminarios ninguna formación al respecto, y esa sí que es, querido Riccardo Muti, “otra música”.
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En el nº 2.755 de Vida Nueva.