¡Spanish revolution!

Gonzalo DiezLUIS A. GONZALO-DÍEZ, cmf | Director de la revista Vida Religiosa

Una mirada sensata, por poco coherente que sea, reconoce que no hay igualdad, que está cuestionado el futuro para los más jóvenes, que lo que se vende como ayuda social es solo humo. No digamos, si la mirada es evangélica. Entonces, no hay duda, necesitamos indignarnos.

Después de la indignación viene… ¿Qué viene? Sociólogos y politólogos no acaban de concluir. ¡Es un fenómeno tan reciente! Está pasando y, mientras pasa, poco lugar para unir a la contemplación la interpretación.

No es un fenómeno baladí. Que hay indignación, es evidente; que hay buenas razones para ella, palpable. Las formas, el tiempo y la argumentación… siempre discutible. No todos los que se concentran tienen en mente el texto de Hessel, ni mucho menos. No conocen la letra, pero sí bailan perfectamente la música… Y es una música que los no tan indignados tenemos que escuchar.

De momento, solo hay preguntas ante un hecho cierto: las cosas no van bien. Muchos preferimos como respuesta el silencio y el orden establecido. Hay jóvenes y no tan jóvenes, sin embargo, que ya empiezan a decir ¡basta! Es la crisis de la socialización, aquella que traía tantas cosas buenas, pero que ha quedado en muchas cosas buenas para unos pocos.

La base intelectual de estas concentraciones y el manifiesto al que podemos agarrarnos quienes, de momento, observamos, es fácilmente asumible por todos. Una mirada sensata, por poco coherente que sea, reconoce que no hay igualdad, que está cuestionado el futuro para los más jóvenes, que lo que se vende como ayuda social es solo humo. No digamos, si la mirada es evangélica. Entonces, no hay duda, necesitamos indignarnos.

Todo evangelizador puede preguntarse: ¿A qué convocamos y con qué respuesta? ¿Dónde tenemos puesta la “tienda” de la evangelización? ¿Estamos indignados, acomodados o perplejos? ¿Cuál es el mensaje para quienes harán el siglo XXI?

Postdata: El amor, como la esperanza y la indignación, exige escucha y respeto. Quien lo orqueste o manipule para sus intereses, sencillamente, es indigno.

lagonzalez@vidanueva.es

En el nº 2.755 de Vida Nueva.

ESPECIAL MOVIMIENTO 15-M

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