Una obra de Augusto Hortal y Xabier Etxeberría (Eds.) (Desclée De Brouwer y Unijes, 2011). La recensión es de Federico de Carlos Otto.
–
Profesionales y vida pública
Editores: Augusto Hortal y Xabier Etxeberría
Editorial: Desclée De Brouwer y Unijes
Ciudad: Bilbao
Páginas: 328
–
FEDERICO DE CARLOS OTTO | La presencia en la esfera pública de cualquier colectivo de cierta relevancia social se ha convertido desde hace algunos años en un tema interesante de reflexión. La “vida pública” como escenario de la actividad humana es el referente imprescindible para poder evaluar no solo la eficacia de sus actuaciones, sino también los vectores fundamentales de su identidad.
Un prólogo de Xabier Etxeberría (Deusto) y Augusto Hortal (Comillas), sus editores, abre esta publicación de la colección ‘Ética de las Profesiones’, que forma parte de un proyecto común desarrollado desde hace años por profesores de ética de los centros universitarios de la Compañía de Jesús en España (Unijes). Se trata de manuales al servicio de la enseñanza de Ética Profesional en las distintas titulaciones, cuyo objetivo es situar las diversas responsabilidades del profesional en el horizonte de la justicia social al servicio de una sociedad más libre y más justa.
Esta monografía, en contraste con las otras de la colección, no estudia la ética de una profesión concreta, sino que plantea una reflexión general sobre la relación ética de todo profesional con la esfera o vida pública, en cuyos diversos espacios ejercen sus responsabilidades los diferentes profesionales de los que depende el bien común de la sociedad. Hay, pues, una dimensión pública de la responsabilidad profesional y una dimensión profesional de las responsabilidades públicas. Las profesiones responden a la necesidad que exhiben la vida pública y sus agentes, y de ellas reciben su exigencia de responsabilidad.
Los once capítulos del libro pasan revista a aspectos y dimensiones de eso “público” en lo que se juega la necesidad de un comportamiento regido por la ética. Todos los estudios ofrecen al final una indicaciones bibliográficas sugeridas como lecturas complementarias. Aunque el elenco temático es amplio, si hubiera que destacar algún estudio por su interés –digamos– menos especializado, nos fijaríamos en los dedicados a “La opinión pública y los medios de comunicación social” (Juan Benavides Delgado) y a “La Iglesia y otras comunidades religiosas” (Ildefonso Camacho).
En fin, un buen libro, fruto de una ambiciosa iniciativa jesuita. Una divulgación de altura que puede interesar a lectores con sensibilidad ética y con preocupación por el amplísimo mundo de lo público que, en perspectiva cristiana, no es otra cosa que ese mundo tan amado por Dios.
En el nº 2.762 de Vida Nueva.
