La novela de la semana es de Lafcadio Hearn (Errata Naturae Editores, 2011). La recensión es de Juan Carlos Rodríguez.
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Última isla
Autor: Lafcadio Hearn
Editorial: Errata Naturae Editores
Ciudad: Madrid
Páginas: 160
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JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | El verano suele ser un tiempo prolijo para las lecturas de nuevos autores. Confieso que no había leído al célebre Lafcadio Hearn (Santa Maura, Grecia, 1850-Tokio, 1904), pese al interés de sucesivas y pequeñas editoriales en encontrarle lectores. Me consta el intento de Páginas de Espuma (Fantasmas de la China, 2011), Satori (Sombras, 2011) y Adriana Hidalgo (Fantasmas, 2010), en una insistencia editorial que proviene ya de Ediciones del Viento (El niño que dibujaba gatos y otros cuentos japoneses, 2004) y Siruela (Kwaidan, 2004). Pero siempre era este un Lafcadio visto por Masaki Kobayashi, es decir, el punto de partida de una amplísima literatura y cine paranormal.
Sin embargo, ha sido con Última isla, la traducción al español de su primera novela –aún sin fantasmas ni odaliscas japonesas–, en donde, definitivamente, me he reencontrado con un autor cautivador, admirable, exótico, pero, a la vez, muy próximo, con la cultura criolla de Nueva Orleans de fondo.
En el nº 2.762 de Vida Nueva.