Los efectos balsámicos de la JMJ Madrid 2011


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Pepe LorenzoJOSÉ LORENZO | Redactor jefe de Vida Nueva

“Los frutos de la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid (JMJ) están aún por verse. Es de desear que sean abundantes. Lo que sí se ha visto ya de ella ha dejado sin demasiados argumentos a los más críticos: buena organización y, sobre todo, el ejemplo de convivencia entre hermanos”.

Los frutos de la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid (JMJ) están aún por verse. Es de desear que sean abundantes. Lo que sí se ha visto ya de ella ha dejado sin demasiados argumentos a los más críticos: buena organización y, sobre todo, el ejemplo de convivencia entre hermanos que se saben que lo son aunque no se hayan visto antes. Resuena aquí, de nuevo, el “mirad cómo se aman”, es decir, el testimonio como manual de cabecera para un mundo que no ve más allá de la satisfacción inmediata y la autocomplacencia.

El desparpajo y la alegría contagiosa con la que esos chicos y chicas vivían sin complejos su fe por calles y plazas ha actuado como el mejor reconstituyente anímico para una Iglesia que, en España, tenía sus niveles de autoestima descompensados. Y pronto comenzaron a notarse sus efectos balsámicos, tanto que empezó a circular en algunos círculos la expresión “orgullo católico” como divisa con la que salir al día siguiente mismo de casa, aunque no sé si más para combatir al mundo que para amarlo.

Pero cuidado con las contraindicaciones de este remedio o la mezcla con otras pócimas de tufillo excluyente. Me recuerda a aquello de la futbolística “furia española”, pues solo cuando dejamos de utilizar las botas para pensar y la cabeza para algo más que para rematar, España ganó su Mundial.

Es verdad que Benedicto XVI pidió no dejarse intimidar por un entorno que pretende excluir a Dios. Pero también reclamó “caridad hasta el extremo para con todos”. Y aquí también incluyó a los alejados y pecadores.

Sabemos que muchos conciudadanos nuestros ya no nos quieren. Cuando nos preguntemos de corazón las razones por las cuales algunos también nos demuestran ahora abiertamente su odio, como hemos visto estos días en Madrid, estaremos mejor preparados para la Nueva Evangelización a la que se nos ha convocado. Una buena manera para, recogiendo lo dicho por el Papa en esta exitosa JMJ, “proponer con coraje y humildad el valor universal de Cristo”.

En el nº 2.765 de Vida Nueva.

NÚMERO ESPECIAL de Vida Nueva

ESPECIAL JMJ 2011 MADRID en VidaNueva.es