JOSÉ LUIS CELADA | Redactor de Vida Nueva
“Invitamos a abrir una nueva vía en el apasionante camino de crecer en sabiduría: elaborar una bibliografía self-service con esos títulos que el tiempo de verano o el buen consejo de un amigo nos han regalado para nuestro disfrute y para nuestro desarrollo personal”.
A punto de arrancar el curso, llega el momento de definir itinerarios, refrescar planes de estudios y proponer lecturas que acompañen (y enriquezcan) el proceso formativo de los alumnos. Ardua tarea para el profesorado, que, un año tras otro, acaba sugiriendo las obras y autores de siempre.
Generaciones de jóvenes universitarios y/o seminaristas han crecido con las mismas lecturas, algunas ciertamente troncales, obligatorias, por su probada contribución a un conocimiento más profundo y detallado de la materia en cuestión. Otras, sin embargo, acaban resultando tan dudosas y prescindibles como esa extendida costumbre de la autorecomendación (un cauce seguro para dar salida a sus libros).
Frente a tales prácticas, invitamos a abrir una nueva vía –quizá menos ortodoxa, pero más honesta– en el apasionante camino de crecer en sabiduría (y humanidad): elaborar una bibliografía self-service con esos títulos que el tiempo de verano o el buen consejo de un amigo nos han regalado para nuestro disfrute y –por qué no– para nuestro desarrollo personal. Entre ellos no habrá sesudos manuales, desde luego, aunque seguramente nos ayuden a cultivar mejor ese espíritu crítico que tanto necesitamos ya desde la etapa estudiantil.
En el nº 2.769 de Vida Nueva
