El fondo de armario del Papa


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Pepe LorenzoJOSÉ LORENZO | Redactor jefe de Vida Nueva

“Visto lo visto, habría que volver a recapitalizar, pero esta vez de criterio, a algunas empresas periodísticas, dado que a estas alturas les sigue importando más el fondo de armario de Benedicto XVI, con su revival de camauros, saturnos y brocados, que sus esfuerzos en pro de la justicia y la paz universales”.

Después de esta grave crisis internacional (que no es solo económica), el mundo no volverá a ser igual. Sociólogos como Alain Touraine hablan de una “situación postsocial”, donde la violencia puede llegar a ser un recurso tan válido como cualquier otro. Aunque con sus especificidades, hemos visto la primavera árabe. ¿Sucederá lo mismo en Europa?

Grecia está al borde del estallido social, en un peligroso escenario que se repite en otros países, que corroe los cimientos democráticos e incuba el virus del totalitarismo. Ya pasó tras la debacle de 1929. Frente a este panorama, se propone devolver la primacía al ser humano y a su dignidad frente al arbitrio de la economía y establecer un marco para una gobernanza global donde el interés mayor sea el bien común.

La pasada semana, la Santa Sede hizo dos importantes aportaciones para ayudar a apuntalar ese futuro que se adivina convulso: un documento para reformar el sistema económico y monetario internacional y el Encuentro de Asís (con autocrítica incluida), donde las religiones renovaron sus votos para trabajar juntas por la paz. ¡Dos grandes retos para el mundo, abordados con tres días de diferencia!

Dado que esa semana no se conocieron nuevos escándalos de pederastia ni la banca vaticana fue invitada a recapitalizarse, imaginé un espacio digno para ambas iniciativas en la prensa “seria”.

Visto lo visto, habría que volver a recapitalizar, pero esta vez de criterio, a algunas empresas periodísticas, dado que a estas alturas les sigue importando más el fondo de armario de Benedicto XVI, con su revival de camauros, saturnos y brocados, que sus esfuerzos en pro de la justicia y la paz universales.

A esos medios, lo que diga el Papa sobre estos y otros aspectos les importa lo mismo aunque se vista con vaqueros y jersey, como Steve Jobs, o con chándal, como Fidel Castro. Retocando la frase con la que Bill Clinton estableció lo que realmente era importante para sus votantes (“¡Es la economía, estúpido!”), hoy cierta prensa sigue a rajatabla el “¡es la frivolidad, idiota”!

En el nº 2.775 de Vida Nueva.

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