Noviembre

Fernando Sebastián P+ FERNANDO SEBASTIÁN | Arzobispo emérito

“El mes comienza con la conmemoración de los santos, incluye la fiesta de Cristo Rey y nos trae la suave alegría del Adviento. Es tiempo de esperanza”.

Para muchas personas, noviembre es un mes triste. Se acortan los días, llegan las lluvias y el mundo entero parece que se muere un poco. El recuerdo y la sombra de los difuntos empapa las mañanas de los treinta días del mes. Esta sensación es poco cristiana.

El mes comienza con la conmemoración de los santos, incluye la fiesta de Cristo Rey y nos trae la suave alegría del Adviento. Es tiempo de esperanza.

Recordar a los santos es recordar que somos ciudadanos del cielo, candidatos a la vida eterna y a la resurrección gloriosa. La realeza de Cristo es la realeza del Señor resucitado. La fiesta de la Trinidad nos levanta hasta la gloria de Dios. Todo en este tiempo nos invita a fortalecer la esperanza y a comenzar a vivir con gozo la plenitud de la vida.

Con esta fe iniciamos la presencia anticipada de la felicidad cumplida. Los cristianos somos los únicos que podemos desear la vida eterna y desmontar las falsas amenazas de la muerte. La esperanza de la vida eterna cambia nuestra vida. Con ella traspasamos las fronteras de este mundo, nos asomamos al mundo de Dios y comenzamos a vivir la vida presente con las riquezas de la vida eterna.

Vivid como muertos retornados a la vida, dice san Pablo a sus fieles. Como caminantes que han llegado ya a la meta. Con los pies en el suelo y con el corazón en el cielo.

Esta es la vida bautismal, la vida verdadera. Tenemos que aprender a vivir las cosas de este mundo con la novedad de la vida eterna ya iniciada, con la generosidad y la paz de quien tiene ya el corazón junto a Dios con los santos del cielo. La cosa es sencilla, aunque necesitemos muchos años para descubrirla de verdad. Es un nuevo nacimiento. Una vida nueva, feliz y bienaventurada.

Bendito noviembre que nos invita a disfrutar de estas maravillas de la gracia de Dios.

En el nº 2.778 de Vida Nueva.

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