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Mística y compromiso por la justicia


Una obra de VV.AA. (Cristianisme i Justícia, 2011). La recensión es de Jesús Sastre

libro Mística y compromiso por la justicia, Cristianisme i Justícia

Mística y compromiso por la justicia

Autores: Varios Autores

Editorial: Cristianisme i Justícia, 2011

Ciudad: Barcelona

Páginas: 140

JESÚS SASTRE | El título nos sugiere el hilo conductor de este libro: la relación fe-justicia. Dice González Faus en el prólogo que la síntesis entre verum, bonum et pulchrum ha de hacerse desde el segundo trascendental: “La verdad es ese amor asimétrico de Dios, y la belleza suprema es ese amor asimétrico y débil. Y esto solo se revela en la praxis creyente” (pág. 5).

El objeto de estas páginas es clarificar, con convicción y pasión, lo que a primera vista parece una contradicción: la relación entre mística y compromiso por la justicia.

La obra consta de cinco capítulos, firmados por autores conocidos en el ámbito teológico, y la conclusión. Los tres primeros son de fundamentación de la relación entre experiencia espiritual y compromiso social. Los dos siguientes abordan esta relación desde situaciones significativas: la cárcel y la vida contemplativa.

La conclusión a la que se llega es que, en la experiencia de Dios y la lucha por la justicia, “armonía de contrarios”, aparece la imagen auténtica del Dios bíblico. Al tiempo, desde esta idea, se recupera una comprensión positiva y sugerente de la mística.

Solo desde el seguimiento de Jesús se puede formular la relación entre fe cristológica y compromiso por la justicia. “El fallo de la cristología clásica no está propiamente en la fórmula del calcedonense, sino en haber absolutizado esa fórmula convirtiéndola en la totalidad de la cristología” (pág. 40). La consecuencia ha sido el olvido de los aspectos espirituales y comprometidos de la cristología.

El tercer aspecto que fundamenta la relación es el propio de la espiritualidad ignaciana: “El servicio de la fe y la promoción de la justicia que esta fe implica”. Desde aquí, la XXXII Congregación General reformula la identidad del jesuita y la misión de la Compañía: el compromiso por la justicia forma parte de la evangelización. Ya hace siglos, el P. Jerónimo Nadal había dicho que la Compañía debía cultivar la teología spiritu, corde et practice, es decir, espiritual, cordial y con mirada pastoral.

El panorama se complementa con el capítulo escrito desde el Carmelo. La reflexión parte de un texto del Libro de las Moradas de santa Teresa, donde se entrelazan tres elementos: poner los ojos en el Crucificado, la espiritualidad es servicio y la contemplación se hace con los pies en la tierra.

Tentación gnóstica

La conclusión de este recorrido, según F. J. Vitoria, es la siguiente: en el anuncio y la búsqueda de Dios hay que superar la “tentación gnóstica del cristianismo, que termina siempre por herir la idea bíblica de Dios en la atemporalidad y la apatía ante el sufrimiento, o por ir a parar en un Dios extraño a la historia” (pág. 125).

Estamos llamados a “salvar o redimir a Dios de su insignificancia y de su deshonor en la historia” (pág. 132). ¿Cómo experimentar a Dios en la “noche oscura de la injusticia”? “Justicia, Paz y Liberación son los nombres contemporáneos que, dichos conjuntamente, nombran la ciudad de Dios en la tierra, es decir, la democracia integral” (pág. 140).

La redacción del libro es ágil, y la reflexión, metódica y pedagógica. Su lectura, facilitada por la extensión total y de cada capítulo, es tan refrescante como comprometida.

A los 50 años del Vaticano II, encontramos aquí un tratamiento sugerente sobre uno de sus temas: la relación fe-justicia (cf. GS 34). El Sínodo de Obispos sobre La justicia en el mundo (1971) influyó mucho en el pensamiento teológico y en la renovación de las órdenes y congregaciones religiosas.

La fuerza y el impacto que esto supuso en la vida de los cristianos lo tenemos un tanto olvidado. ¿No necesitaremos volver a “pasar por el corazón” la relación entre fe y justicia, para renovarnos interiormente y mejorar la presencia de la Iglesia en nuestra sociedad? Francamente, creo que sí.

En el nº 2.802 de Vida Nueva.

Actualizado
24/05/2012 | 17:05
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