MANUEL REVUELTA GONZÁLEZ | Una revista que cumple cien años es un monumento cultural. La historia de Sal Terrae (ST) se puede dividir en dos grandes períodos, antes y después del Concilio Vaticano II.
La ST tradicional (1912-1962)
Desde su fundación en 1912 hasta la apertura del Concilio en 1962, transcurre medio siglo en el que la revista conserva unos rasgos peculiares que se notan en la uniformidad de los lectores (sacerdotes) y autores (jesuitas), en el carácter práctico de los contenidos y en la orientación tradicional con que estos se trataban, sin el menor asomo de crítica a las directrices de la jerarquía.
El P. Remigio Vilariño fundó la revista como un complemento del Mensajero del Corazón de Jesús para atender a los sacerdotes necesitados de orientación pastoral.
La revista pasa por tres etapas en sus primeros cincuenta años.
Acaso el rasgo más significativo de ST en su primer medio siglo era el carácter eminentemente práctico de las orientaciones pastorales. Las secciones más leídas eran la predicación y las consultas. Tan importante era la oferta de sermones que, desde 1953, por iniciativa del P. Saturnino Junquera, se publicaron con paginación propia, hasta que, en 1961, se desgajaron dos revistas independientes: Homilética y Catequética.
La ST renovada (1963-2012)
Desde el año 1963 hasta ahora, se puede hablar de una revista renovada, en dos etapas sucesivas: la Transición (1963-1978) y la renovación en los años del cambio de siglo y de milenio.
En el cambio de siglo y milenio,
la renovación de la revista aparece en
las directrices de los nuevos dirigentes
y los enfoques de los temas pastorales.
En los últimos años abundan
los autores seglares y las mujeres.
En los últimos años abundan los autores seglares y las mujeres. En las cubiertas de la revista aparece la interesante lista de unos veinte “colaboradores habituales”, nombres muy representativos todos ellos. A estos escritores “de tabla” hay que añadir no pocos escritores ocasionales.
En el nº 2.803 de Vida Nueva. Cien años de la revista ‘Sal Terrae’, íntegro solo para suscriptores