ANTONIO PELAYO | Corresponsal de Vida Nueva en Roma
“A veces, morirse de demasiado viejo no es bueno, porque algunos, al llegarles noticia del fallecimiento, se preguntan: ¿pero aún vivía?…”
A veces, morirse de demasiado viejo no es bueno, porque algunos, al llegarles noticia del fallecimiento, se preguntan: ¿pero aún vivía? Es lo que le ha pasado al filósofo y político francés Roger Garaudy. Si se hubiese muerto antes, sus necrológicas habrían sido más numerosas y tal vez más positivas.
En su día, este polemista nato fue uno de los defensores del prometedor diálogo cristiano-marxista. Luego se convirtió al islam y cayó en la torpeza de negar el Holocausto. ¡Qué pena que no se hubiese muerto antes de cometer un error tan imperdonable!
En el nº 2.806 de Vida Nueva.