Una obra de Felicísimo Martínez, Reyes Mate, Marcos R. Ruiz (coord.) (Anthropos, 2012). La recensión es de Miguel Anxo Pena González
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Pensar Europa desde América. Un acontecimiento que cambió el mundo
Coordinadores: Felicísimo Martínez, Reyes Mate, Marcos R. Ruiz
Editorial: Anthropos, 2012
Ciudad: Barcelona
Páginas: 239
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MIGUEL ANXO PENA GONZÁLEZ | Es sorprendente contemplar el valor histórico y político de algunos acontecimientos. Así sucede en este libro. Con frescura y espontaneidad se presenta la gesta de un grupo de misioneros dominicos, abanderados por la figura señera de Antonio de Montesinos, quien, en Adviento de 1511, alzó la voz contra los abusos cometidos en Indias: “Estos, ¿acaso no son hombres?”. Sus palabras se han convertido en un reclamo que sigue removiendo conciencias.
Desde esa idea parte el presente libro, que recoge el Encuentro Internacional, organizado en Santo Tomás de Ávila, para conmemorar dicho acontecimiento. Para ello se ha contado con especialistas de ambas orillas que, de manera interdisciplinar, analizan el hecho y las consecuencias del mismo. Algo que pone también de relieve el historiador dominico Alfonso Esponera, analizando las juntas de teólogos y togados convocadas para los problemas de la conquista y el dominio.
Por ello, el filósofo Reyes Mate llega a la conclusión de que es necesario ser conscientes de haber vivido una historia en común, aunque desde lugares diferentes.
Esa reflexión toma mayor sentido a partir del estudio de Miguel Ángel Medina, quien muestra cómo la pregunta retórica de Montesinos era el resultado de una atenta reflexión, fruto de los frescos veneros de la Escuela de Salamanca que, como pone de relieve Francisco Castilla, se debatió entre una legislación teórica que defendía los intereses de los naturales, del reconocimiento teórico de su libertad y la imposición práctica del trabajo forzoso, especialmente por medio de la encomienda. Hombres de estudio que entendían que su compromiso y su responsabilidad estaba del lado de la verdad y de la justicia, lo que implicaba incluso oponerse a los intereses del soberano.
Las ideas y reflexiones que surgían como antecedente y fruto de aquel grito en Santo Domingo tuvieron repercusiones en diversos y distantes lugares. Así lo pone de manifiesto Lucio Gutiérrez al presentar la doctrina de Las Casas en Filipinas, entendiendo que logró que los oficiales de Filipinas restituyeran a los naturales los males que les habían hecho y les pagaran las injusticias cometidas por haber cobrado tributos inicuamente.
El antropólogo Pedro Tomé analiza los conceptos de hombre, naturaleza y cultura como desafíos concretos del Nuevo Mundo, donde se identificaba al indio con el mal, a los nuevos territorios con la hostilidad, a las fronteras geográficas con el peligro y a la religión de los naturales con la barbarie. La consecuencia fue que no se llegó a reconocer al indígena como alguien diferente e igualmente respetable.
Esta cuestión, que supondría el quicio entre lo histórico y la reflexión actual, da paso a la lectura del dominico Miguel Concha Malo, que analiza el derecho a la libre movilidad humana en México y América Latina; tema candente hoy, en razón de los actuales flujos migratorios y que tiene una profunda huella en las visiones clásicas del propio Francisco de Vitoria como uno de los precursores de los Derechos Humanos.
Esta actualización se ve precedida en el tiempo por la de Antonio Osuna, que muestra cómo la fundamentación de dicha reflexión se encontraría en la escolástica tomista del derecho natural y no en las modernas teorías de los Derechos Humanos.
En último lugar, y no porque tenga menor importancia, recogemos la intervención de José Luis Segovia Bernabé, a quien el sermón de Montesinos le sirve de acicate para poner de manifiesto cómo el reconocimiento del otro es siempre una experiencia humana profundamente subversiva, que ha de llevar a evidenciar toda práctica del mal derecho.
En el nº 2.807 de Vida Nueva.