JOSÉ LUIS CELADA | Redactor de Vida Nueva
“Nadie como él para explicar y contagiar a los más pequeños la pasión por la lectura. Por todo ello, vaya desde aquí nuestro sencillo homenaje…”.
Reconoció en alguna ocasión que leía para vivir más, pero un cáncer acabó el 19 de junio con todas esas vidas que Emili Teixidor disfrutó a lo largo de sus 78 años.
Casi todas las había tomado prestadas de sus lecturas infantiles y juveniles, el mismo género al que dedicaría muchos de sus títulos más recordados: Les rates malaltes (Las ratas enfermas), L’ocell de foc (El pájaro de fuego) o la popular serie de La hormiga Miga.
Sin embargo, sería la exitosa adaptación cinematográfica de su Pa negre la que devolvería al de Roda de Ter al lugar que le corresponde como uno de los grandes de la literatura catalana contemporánea. Y aunque entonces descubrió con gratitud que la gran pantalla había arrastrado hasta su novela a nuevos lectores, probablemente siguió pensando que una imagen no siempre vale más que mil palabras. Al menos, de las suyas.
Nadie como él para explicar y contagiar a los más pequeños la pasión por la lectura. Por todo ello, vaya desde aquí nuestro sencillo homenaje. Nunca se sintió creyente –“prefiero una duda honesta a una falsa piedad”, solía repetir cuando le preguntaban por su fe–, pero bien merece este recuerdo a modo de oración por su alma. Descanse en paz el mestre Teixidor.
En el nº 2.807 de Vida Nueva