JUAN RUBIO, director de Vida Nueva | Es un placer conversar con el arzobispo emérito Antonio Montero. Hace unos días me hablaba de cómo se acogió en la Facultad de Teología de Granada a los jesuitas en 1939, en una Andalucía devastada por la contienda y con un clero diezmado por la persecución religiosa. Hoy siguen en la brecha.
Al actual rector Ildefonso Camacho lo relevará Diego Molina, último eslabón de una esplendorosa cadena de esta institución que, pese a injustas acusaciones, ha hecho y hace un gran servicio a la Iglesia.
Andalucía teme el centralismo teológico al que se doblegan algunos de sus prelados llegados en los últimos años. Potenciar Granada es importante; dejarla morir sería grave. Triste, muy triste.
Al nuevo rector le toca un servicio inteligente, eclesial y de altura académica. Si algo hay que corregir, hágase, pero desde el fraterno diálogo, nunca desde el atroz ninguneo tan mordazmente clerical a veces. Una pena.
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- LA CRÓNICA DEL DIRECTOR: Cataluña, Bertone y el Premio Godó, por Juan Rubio
En el nº 2.815 de Vida Nueva.