Kigali acoge una peregrinación internacional dos décadas después de su genocidio étnico
JOSÉ MIGUEL DE HARO | La comunidad de Taizé, fiel a su carisma ecuménico y a su vocación por estrechar voluntades enfrentadas, ha convocado su próxima “peregrinación de confianza” en Kigali, la capital de Ruanda. A la cita, que tendrá lugar del 14 al 18 de noviembre, acudirán jóvenes de toda África, provenientes de Benín, Burundi, Burkina Faso, Sudáfrica, Tanzania, Uganda, Kenia o la República Democrática del Congo, pero también de otros países como Portugal, Argentina o Canadá.
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En total, las cerca de 50 comunidades locales participantes (católicas, anglicanas y presbiterianas) se preparan para acoger a los 8.000 jóvenes que se esperan. Todos con un fin: celebrar a Cristo como fuente de paz y reconciliación.
Reconciliación, una palabra fundamental, pues la jornada tiene muy presente que se cumplen ahora 18 años de la guerra fraticida que enfrentó en Ruanda a hutus y tutsis. Un enfrentamiento que desembocó en uno de los genocidios étnicos más brutales de la historia contemporánea.
El trabajo de preparación ha sido constante durante todo este año previo en Ruanda. Y en Taizé, adonde se desplazó este pasado verano un grupo de ruandeses que han compartido información, testimonios e intercambios con otros jóvenes de diversas Iglesias. Durante una semana, estuvo compartiendo experiencia con todos ellos el obispo responsable de la pastoral de jóvenes de Ruanda.
![obispo Servilien de Ruanda obispo Nzailamwita Servilien, de Byumba, Ruanda, con José Miguel de Haro](https://www.vidanuevadigital.com/wp-content/uploads/2012/11/obispo-Servilien-Ruanda.gif)
El obispo Servilien con José Miguel de Haro
Nzailamwita Servilien, prelado de Byumba, expresa a Vida Nueva sus esperanzas en los frutos del encuentro: “Nuestro tejido social ha sido verdaderamente rasgado, pero hay una necesidad de reconciliar a los hijos de Ruanda entre sí. Hasta las heridas más hondas tienen curación”.
Es optimista, aunque sabe perfectamente que hablar de reconciliación en este país es arriesgado. Y aún más lo es facilitar espacios para ese diálogo fraterno.
Sin embargo, Servilien centra sus expectativas en que el encuentro proponga “la reconciliación de los ruandeses a partir de los jóvenes”. Es decir, a través de la generación siguiente al genocidio étnico. Y, lo más importante, no solo desde las palabras, sino por la acogida mutua: se pretende que en cada hogar participante se alberguen jóvenes extranjeros y de diferentes etnias.
Así, recuerda el obispo, “se podrá refrescar aquello que nos une, partiendo siempre de que los jóvenes se aproximen y se conozcan”.
Entrevista completa con el obispo Servilien, y con el Hermano Alois y el Hermano Luc, de Taizé, en el artículo completo, disponible solo para suscriptores.
Taizé estrecha lazos para la reconciliación de Ruanda [íntegro]
En el nº 2.823 de Vida Nueva.
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