JOSÉ LORENZO | Redactor jefe de Vida Nueva
“La nueva evangelización también pasa por ahí, por alzar la voz sin miedo a perder prebendas en defensa de quienes están sufriendo…”.
Tal y como era de esperar, la presencia de Benedicto XVI en el universo de Twitter ha sido acogida por no pocos con rechifla. En su inicial saludo del pasado día 12, en el que a todos llamaba “amigos” y en donde a todos bendecía, fue saludado, a su vez, con descalificaciones de variado espectro, calibre y originalidad, aunque todas ellas dictadas por prejuicios trasnochados.
Así pues, vemos que Twitter, indefectiblemente, nos puede aportar a sus usuarios una efímera pátina de modernidad, pero también que no aumenta por defecto nuestra inteligencia, como algunos parecen creer.
A los que no les han molado los tuits de este anciano que se aventura en este mundo digital con más voluntad de acercarse al hombre y a la mujer de hoy que maña –como hemos visto que fueron sus primeros intentos de “apretar” la pantalla táctil de la tableta que le ofrecieron sus colaboradores–, les recomendaría un poco de paciencia intelectual para meterse en los ciertamente más de 140 caracteres que tiene su mensaje para la próxima Jornada Mundial de la Paz del 1 de enero.
Para los más recalcitrantes, que los hay, ahí van unos cuantos tuits fácilmente extraíbles de ese texto: “Es necesario un nuevo modelo de desarrollo, así como una nueva visión de la economía” (84 caracteres); “El desarrollo económico se hace depender sobre todo de la absoluta libertad de los mercados” (91 caracteres); “Se necesitan políticas de desarrollo (…) que se preocupen del progreso social y la universalización de un estado de derecho y democrático” (137 caracteres); “Es fundamental (…) la estructuración ética de los mercados monetarios, financieros y comerciales (…) de modo que no causen daño a los pobres” (140 caracteres)…
Podríamos seguir, porque el mensaje da para muchos más tuits. Es valiente, comprometido… y poco atendido. También por los de casa, mucho más timoratos a la hora de lanzar estos mismos mensajes (valdría repetir, como se hace para otros casos, las propias palabras del Papa) en sus respectivos ámbitos de actuación.
Aún no quieren verlo, pero la nueva evangelización también pasa por ahí, por alzar la voz sin miedo a perder prebendas en defensa de quienes están sufriendo, hoy, ya, graves injusticias.
En el nº 2.829 de Vida Nueva.
NÚMERO ESPECIAL NAVIDAD–FIN DE AÑO 2012
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