Una obra de Natalio Fernández Marcos (CSIC, 2012). La recensión es de Gonzalo Aranda Pérez
–
Filología bíblica y humanismo
Autor: Natalio Fernández Marcos
Editorial: CSIC, 2012
Ciudad: Madrid
Páginas: 413
–
GONZALO ARANDA PÉREZ | Esta publicación es un merecido homenaje del CSIC al autor, cuya investigación sobre la Biblia ocupa un lugar destacado, tanto a nivel nacional como internacional, especialmente por sus estudios sobre la versión de los Setenta. Pueden verse los más de 20 libros y cerca de 150 artículos publicados que se elencan en su actividad investigadora.
El presente libro recoge 20 trabajos del autor, que tienen un enorme interés en la actualidad, pues muestran, desde tres perspectivas distintas y complementarias, cómo efectivamente la Biblia está en la raíz y en el desarrollo de nuestra cultura occidental.
Un primer grupo de trabajos versa sobre la traducción de la Biblia al griego en Alejandría y las profundas repercusiones que tal hecho tuvo para la cultura en Occidente y en Oriente al ser adoptada por el cristianismo. Se convirtió en “paradigma de todas las traducciones”.
El lector encontrará ahí informaciones sólidamente documentadas sobre el ambiente cultural judeo-helenístico que rodeó la traducción de la Torá al griego en torno a la famosa biblioteca de Alejandría; la diversidad que aparece en la traducción posterior de los otros libros bíblicos y los distintos modelos de traducción, la literal del Cantar de los Cantares o la literaria del libro de Job; la importancia que esa traducción adquirió en la evangelización, y el proceso que desencadenó de nuevas traducciones, especialmente la latina en Occidente.
Podemos apreciar la actualidad de estas investigaciones a la luz de la importancia que Benedicto XVI da a los LXX en su famoso discurso en Ratisbona.
Un segundo grupo nos sitúa en el entorno cultural de la religiosidad judía, mostrando los aspectos que la asemejan, a la vez que su originalidad, que ha pasado a formar parte del legado judío a nuestra cultura occidental.
Vemos la instancia ética representada por el profetismo, y sus orígenes en el antiguo Israel superando la hermenéutica de la magia, o la representación geográfica y mítica de la gehena que llevará a las visiones del infierno, o las raíces de la mística judía y su desarrollo.
Nos introduce en temas poco conocidos, como la interpretación de la historia de Israel en la época helenística, en las visiones del judaísmo por parte de autores grecorromanos de las que algunas desembocarán en antisemitismo, o en la religiosidad del cambio de era, de gran interés para situar mejor el arraigo del cristianismo.
Humanismo español
La tercera parte ofrece datos sobre el apasionante desarrollo de los estudios bíblicos en la España del Renacimiento: la labor de los humanistas españoles en la vanguardia de la filología bíblica editando las dos primeras biblias políglotas, los motivos ideológicos que frenaron las traducciones de la Biblia al español, y la enorme incidencia del descubrimiento de América en la exégesis bíblica, tanto para justificarla como para criticar con voz profética a los conquistadores.
De gran interés y actualidad es, asimismo, la exposición de la exégesis llevada a cabo por Arias Montano en la perspectiva del descubrimiento del arcano bajo las consonantes hebreas o en la figura del arca, así como su dimensión política.
La lectura del libro descubre que la Biblia y su estudio han estado en la base de la cultura occidental. Apoyándose en la fuerte presencia de los estudios bíblicos hoy en los ámbitos civiles universitarios, piensa el autor –y así concluye el último trabajo recogido– que “un nuevo humanismo está surgiendo en torno a la riqueza y esplendor literarios de este legado bíblico en el que tal vez se encuentren escritas las mejores páginas sobre la condición humana”.
En el nº 2.833 de Vida Nueva.