JOSÉ LUIS CELADA | Redactor de Vida Nueva
“Hay realidades (y personajes) que parecen sacados de la ficción…”.
Hace ahora ya 14 años, apenas elegido presidente de Venezuela, Hugo Chávez compartió avión desde La Habana con Gabriel García Márquez. Días después, el Nobel colombiano escribía esta breve nota sobre el mandatario recientemente fallecido: “Mientras se alejaba entre sus escoltas de militares condecorados y amigos
de la primera hora, me estremeció la inspiración de que había viajado y conversado a gusto con dos hombres opuestos. Uno a quien la suerte empedernida le ofrecía la oportunidad de salvar a su país. Y el otro, un ilusionista que podía pasar a la historia como un déspota más”.
En esta hora de los juicios, balances y necrológicas, la pluma literaria viene a imponer su frescura (y cordura) sobre la tinta gruesa del elogio o la crítica desmedida que, con frecuencia, derrama el periodismo; y lo hace con el retrato apresurado pero certero de un hombre que bien podría protagonizar uno de esos culebrones que exporta su país. O una novela.
No en vano, quien lo firma es el creador del inolvidable Aureliano Buendía, aquel coronel que promovió treinta y dos levantamientos armados y fracasó otras tantas veces. Hay realidades (y personajes) que parecen sacados de la ficción, aunque, eso sí, casi nunca mejorados.
En el nº 2.840 de Vida Nueva.