Religiosidad popular

Francisco Juan Martínez Rojas, delegado de Patrimonio Cultural de JaénFRANCISCO JUAN MARTÍNEZ ROJAS | Deán de la Catedral de Jaén y delegado diocesano de Patrimonio Cultural

“La religiosidad popular ha seguido aglutinando y canalizando gran parte de los sentimientos religiosos de generaciones enteras…”.

Nadie duda de que la denominada religiosidad popular es un fenómeno complejo, en el que se superponen un nivel antropológico, otro religioso, y, finalmente, otro cristiano. A partir de esa triple base, el también llamado catolicismo popular ha generado cultura a lo largo de los siglos, y a él se deben algunos de los mejores ejemplos del teatro medieval, poesía popular, o imaginería.

A pesar de ser denostada por intelectuales e ilustrados como ajena a la razón, la religiosidad popular ha seguido aglutinando y canalizando gran parte de los sentimientos religiosos de generaciones enteras.

Quizás, en el fondo de los sucesivos proyectos de re-educar este tipo de religiosidad lata un error antropológico: el reducir al ser humano a la sola razón, orillando otros aspectos de la naturaleza humana, como lo sensorial, lo volitivo, lo emocional, lo estético…

Lo cierto es que para la nueva evangelización no sirven los purismos pastorales, que tan escasas o nulas respuestas han sabido dar a lo largo de los siglos a las inquietudes religiosas de los más sencillos.

Por ello, como afirmó Pablo VI refiriéndose a la religiosidad popular, ante todo hay que ser sensible a ella, saber percibir sus dimensiones interiores y sus valores innegables, estar dispuesto a ayudarla a superar sus riesgos de desviación. Bien orientada, esta religiosidad popular puede ser cada vez más, para nuestras masas populares, un verdadero encuentro con Dios en Jesucristo (Evangelii nuntiandi, 48). Un programa para la nueva evangelización.

En el nº 2.840 de Vida Nueva.

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