SOLEDAD SUÁREZ MIGUÉLEZ, presidenta nacional de Manos Unidas |
En Manos Unidas, la ONG de desarrollo de la Iglesia católica en España, tras conocer la elección del cardenal Jorge Mario Bergoglio como nuevo obispo de Roma y papa de la Iglesia, hemos manifestado nuestra enorme alegría y también nuestros deseos de continuidad en el impulso de la lucha contra la pobreza y el hambre, en la confianza de que nuestro nuevo pontífice continuará defendiendo y promocionando a los desfavorecidos de nuestra tierra, fomentando el respeto de los derechos humanos.
Creemos que el papel del primado de Pedro es esencial para fomentar el diálogo entre las culturas y religiones y lograr generar y mantener la paz, creando una verdadera fraternidad universal.
La elección del papa Francisco es una demostración
de que la Iglesia es obra de Dios,
que nos encomienda su cuidado y nos pide que cada uno,
desde nuestro puesto, trabajemos por el bien común,
con el espíritu del buen samaritano.
Pensamos, también, que su papel en la vida de la Iglesia y del mundo es importante para lograr que la comunidad internacional se comprometa en la erradicación de la pobreza y el hambre, y en la lucha contra sus causas. Y es que estamos convencidos de que la injusticia que asola a nuestro planeta no depende tanto de la escasez material, como de egoísmos y falta de voluntad política.
En Manos Unidas manifestamos, además, que la elección del papa Francisco es una demostración de que la Iglesia es obra de Dios, que nos encomienda su cuidado y nos pide que cada uno, desde nuestro puesto, trabajemos por el bien común, con el espíritu del buen samaritano, dejando nuestras cosas para ayudar al que lo necesita, venga de donde venga, tenga el color de piel que tenga, crea en el Dios que crea.
Por último, queremos recordar con gratitud la cercanía, dedicación y calidez del papa emérito Benedicto XVI y su magisterio, resaltando de manera especial el legado que nos ha dejado en relación a la caridad y al desarrollo humano con sus encíclicas Deus caritas est y Caritas in veritate, mostrándonos que la verdadera caridad cristiana es la vía maestra de la Doctrina Social de la Iglesia y la que da auténtica sustancia a la relación personal con Dios y con el prójimo.
En el nº 2.841 de Vida Nueva.