Intolerantes y mandones

Fernando Sebastián, arzobispo eméritoFERNANDO SEBASTIÁN | Arzobispo emérito

“En el fondo de todo, está el rechazo de la religión cristiana y de toda religión como incompatible con la libertad y el progreso humano…”.

La aprobación de un proyecto de Ley de Educación por el Gobierno ha descubierto la intolerancia y la prepotencia del PSOE. Ellos, cuando han gobernado, han promulgado varias leyes y reformas. Eliminaron la ley que había preparado el Gobierno de Aznar. Pero no aceptan que el Gobierno actual, que tiene el apoyo de la mayoría de los ciudadanos españoles, a la vista de los malos resultados que tenemos, intente mejorar las cosas.

Actúan como si tuvieran el secreto infalible del verdadero progreso. Tienen una pretensión mesiánica. Quieren transformar la sociedad a su imagen y semejanza. Por eso son intransigentes y mandones.

En el fondo de todo, está el rechazo de la religión cristiana y de toda religión como incompatible con la libertad y el progreso humano. No consiguen superar el viejo laicismo antirreligioso y prepotente. Por lo visto, no han descubierto todavía las bases históricas y antropológicas de la religión. No se han enterado de que Dios no es enemigo, sino amigo y apoyo imprescindible del hombre libre y verdadero.

No tienen verdaderas razones de orden político para justificar su postura. Apoyan su pretensión de monopolio sobre la enseñanza con la amenaza de revisar los Acuerdos con la Santa Sede. Recurren al viejo error de mezclar y confundir el orden religioso con el político. No se dan cuenta de que los Acuerdos no son ningún privilegio concedido a la Iglesia, sino que son simplemente un modo de proteger jurídicamente la libertad religiosa de los ciudadanos españoles católicos.

Siguen con sus reflejos anticatólicos. Viven anclados en la lucha contra las injerencias civiles de la Iglesia del siglo XVI. No se han enterado de la nueva manera de entender la libertad religiosa ni de la nueva forma de situarse la Iglesia en las sociedades democráticas y abiertas.

Es una pena que la izquierda española se resista todavía a convivir en paz y libertad con los ciudadanos católicos en una sociedad abierta, libre y democrática.

En el nº 2.849 de Vida Nueva.

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