MARÍA GÓMEZ | Las redes sociales como espacios de encuentro para las nuevas generaciones, y las nuevas generaciones como motores del cambio. Esta es la filosofía que ha guiado a Manos Unidas para desarrollar la campaña #FoodShareFilter. Está enfocada a los usuarios de Instagram, una red social para compartir imágenes, donde es muy habitual que la gente suba fotos de comida (recetas que acaban de cocinar, el menú en un restaurante, etc.).
“Pensamos en convertir ese gesto de unos en ayuda para otros. Y lo hicimos de una manera natural, creando un filtro que, en realidad, es una aplicación, algo por lo que a muchísimos usuarios no les importa pagar, para retocar y mejorar sus fotos”, explican desde la ONG eclesial.
La descarga cuesta 0,89 euros, y al menos 0,54 euros se destinan a proyectos de Manos Unidas. Desde que se lanzó en abril, ha habido más de 2.000 descargas, y tienen contabilizadas 60.000 cuentas de Twitter con mensajes de apoyo a la iniciativa.
Los responsables están satisfechos con los resultados de esta iniciativa, que ejemplifica perfectamente que las nuevas tecnologías y la caridad pueden ir de la mano, y pretenden seguir apostando por ellas: “La solidaridad y las redes sociales avanzan de la mano porque las redes sociales son personas, y las personas tienen inscrito en su corazón las ganas y necesidad de ayudar a otras personas”.
Para descargar el filtro: www.foodsharefilter.com
En el nº 2.868 de Vida Nueva.
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