EDITORIAL VIDA NUEVA | El dato es apenas perceptible, pero ya comienzan a apuntarlo las encuestas: la religiosidad en España está registrando un tímido incremento de casi cinco puntos. Poca cosa, dirán los más escépticos. Ciertamente es así, pero no habría que desdeñar el dato pues responde a una búsqueda, a un afán que reta a quienes certificaron hace años la muerte de Dios, a un ansia que busca un cauce por el que discurrir.
Quienes analizan las causas del repunte siguen desconcertados por el mismo. Unos señalan al “consumismo religioso”, extensión de una forma de vida que querría llegar también hasta lo más recóndito del ser; otros sugieren que se debe a esta época de crisis y desesperanza, en donde la gente busca asideros; se le achaca también a la inmigración…
En todo caso, sí parece indicar que la gente empieza de nuevo a hacerse preguntas en vez de huir hacia delante.
En el nº 2.869 de Vida Nueva. Del 2 al 8 de noviembre de 2013.
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