JOSÉ LUIS CELADA | Redactor de Vida Nueva
“Gracias al veterano mensual El Ciervo, quienes hayan leído Quédate con nosotros, Señor, porque atardece tienen la ocasión de entender un poco mejor las inquietudes religiosas de Álvaro Pombo…”.
Gracias al veterano mensual El Ciervo y a su recuperada sección ‘El autor se confiesa’, quienes hayan leído Quédate con nosotros, Señor, porque atardece (Destino) tienen la ocasión de entender un poco mejor las inquietudes religiosas de Álvaro Pombo. También de descubrir cuáles fueron algunos de los textos de cabecera cuando escribió su última novela.
Ya sabemos que el título está tomado de la escena evangélica de los discípulos de Emaús, pero el escritor y académico cántabro nos desvela ahora cómo la lectura de dos obras del teólogo gallego Andrés Torres Queiruga –Repensar la resurrección y Repensar la revelación, ambas editadas por Trotta– le ayudaron a plasmar más ajustadamente algo que ha venido intuyendo a lo largo de sus 74 años de dudas: que la experiencia de fe “es profunda, no estrepitosa”, que no se alimenta de sucesos extraordinarios.
Así ha tratado de vivir él su búsqueda… y su ausencia, lo cual le ha llevado a admitir que “el único milagro es la fe misma en Jesús”. Los frailes de su novela lo asumen y rezan para fortalecerla; Pombo recurre a la escritura para redimirse de su confusión.
Quizá la suya no sea literatura religiosa, pero sí profundamente creyente.
En el nº 2.873 de Vida Nueva.