JUAN RUBIO, director de Vida Nueva | En la entrevista que Martini concedía a Georg Sporschill unos días antes de morir, aconsejaba tres medidas para renovar la Iglesia: conversión personal; la interiorización de la Palabra, que ni el Derecho eclesiástico puede reemplazar; y la recuperación del sentido de los sacramentos. Hoy vemos todo en las palabras de Francisco.
El próximo Sínodo tendrá muy en cuenta la tercera. “Los sacramentos son el tercer instrumento de recuperación. No son una herramienta para la disciplina (…). Pienso en todas las personas divorciadas y unidas en nuevas parejas, en las familias recompuestas. (…) La actitud que tengamos hacia las familias recompuestas determinará el acercamiento a la Iglesia de la generación de los hijos. Una mujer fue abandonada por el marido y encontró a un nuevo compañero que se hace cargo de ella y de sus tres hijos. El segundo amor tiene éxito. Si esta familia es discriminada, se expulsa de la Iglesia no solo a la madre, sino también a sus hijos. Si los padres se sienten fuera de la Iglesia o no sienten su apoyo, la Iglesia perderá la futura generación. (…) ¿Cómo puede la Iglesia ayudar con la fuerza de los sacramentos a quienes están en situaciones familiares complejas?”.
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- LA CRÓNICA DEL DIRECTOR: Ratzinger, Bergoglio y Martini, tríada del cambio, por Juan Rubio
En el nº 2.875 de Vida Nueva
