JUAN RUBIO, director de Vida Nueva | Cuando los vientos corren desafiantes, no hay más remedio que aunar fuerzas, abrazar objetivos y mirar al mismo horizonte. En la Iglesia española, el episcopado tiene un poderoso instrumento para la formación: la Universidad Pontificia de Salamanca. No verlo claro, apostando por otros modelos en los que el control sea personal e instalado en el pensamiento único, solo sirve para crear estilos cerrados y autorreferenciales.
Muchos obispos actuales se han formado en aquellas aulas de la Pontificia de Salamanca. Es hora de aprovechar el campus que esta tiene en Madrid y convertirlo en un apoyo.
Ya lo hicieron los jesuitas. Conservando el nombre de Comillas, en la capital, supieron estar en el momento y lugar adecuado, sin perder la esencia, renovándose y caminando.
Unir esas fuerzas es una de las asignaturas del nuevo cuadro de dirigentes eclesiales que comience su labor en la próxima primavera, renovados los cargos en la Conferencia Episcopal. Seguir empecinados en los pequeños esfuerzos aislados resta energías, frena desafíos y empobrece el panorama. Ingente y necesaria tarea esta, que bien pudiera llevarse a cabo en este año del aniversario del Instituto Superior de Pastoral.
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- LA CRÓNICA DEL DIRECTOR: Instituto de Pastoral, una avanzadilla conciliar, por Juan Rubio
En el nº 2.879 de Vida Nueva.
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