ANTONIO SPADARO | Director de La Civiltà Cattolica
“Una lectura inmediata y rápida es posible y oportuna, pero para entrar en las claves del texto hace falta una segunda lectura…”.
En su Mensaje para la 48ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, el papa Francisco afirma algunos puntos centrales de su propio modo de vivir y comprender la capacidad del hombre de comunicar de manera auténtica. Estas son las seis ideas centrales del mensaje:
- 1. Internet expresa la “profecía” de un mundo nuevo. El Papa empieza su discurso con una suerte de contemplación del mundo en que vivimos, en el que cada vez estamos más cerca los unos de los otros por medio de las redes sociales. Pero en nuestro mundo existe la paradoja de la división. Para el Papa, la cultura de la comunicación no puede convivir con la del descarte, son antitéticas.
- 2. Internet: una red de personas, no de cables. Si la comunicación no nos hace más cercanos los unos a los otros, no responde a su vocación humana y cristiana. El Papa parece leer en la Red la señal de un don y de una vocación de la humanidad por unirse. Revive, gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación, “el desafío de descubrir y transmitir la mística de vivir juntos”.
- 3. ¿Quién es el prójimo en el ambiente digital? El concepto de comunicación del que habla Francisco no tiene como eje el mensaje en sí ni tampoco las técnicas, sino las personas que comunican. Comunicar, por tanto, significa compartir un mensaje dentro de una red de proximidad.
- 4. Una Iglesia accidentada, pero con las puertas abiertas también en la red. El Papa habla a menudo de la Iglesia de puertas abiertas y, en este mensaje, afirma claramente que hay que hacer lo mismo en el ambiente digital.
- 5. Por una comunicación popular, no de masa. Al proponer la imagen del buen samaritano, el Papa deja fuera la omnipresencia mediadora del mercado. La comunicación no es márketing persuasivo ni una expresión del mercado, sino una instancia fundamental del ser humano, que se reconoce a sí mismo en el momento en que se acerca a los otros.
- 6. Diálogo entre Ecclesia y Agora. El Papa acaba su mensaje con un llamamiento: estamos frente a un gran y apasionante desafío que exige energías frescas y una imaginación nueva, no frente a problemas de la información. Es, por tanto, necesario “saber entrar en diálogo con los hombres y las mujeres de hoy para entender sus expectativas, sus dudas, sus esperanzas, y poder ofrecerles el Evangelio, es decir, Jesucristo”.
En el nº 2.883 de Vida Nueva.