Presentación de su nuevo libro sobre el futuro vasco tras décadas de violencia de ETA
JOSÉ LORENZO | Militante incansable en la causa de la paz, lo que le costó no solo incomprensiones y desprecios (todavía esta semana, a cuenta de un artículo en prensa), sino amenazas que le obligaron a llevar escolta durante años, Javier Elzo reflexiona en su última obra (Tras la losa de ETA. Por una sociedad vasca justa y reconciliada, PPC) sobre cómo abordar, en clave de futuro, la situación generada tras décadas de dolor a causa del terrorismo de la banda armada.
Se trata, como señala en el libro que ha presentado el día 22 en Madrid –junto a su prologuista, el periodista Iñaki Gabilondo–, de “cómo abordar la memoria justa, la memoria obligada de lo sucedido, para no caer ni en el olvido ni en la repetitiva rememorización paralizante del dolor padecido”.
Y en ese futuro de proyecto compartido por una sociedad plural, el catedrático emérito de Sociología de Deusto estima que “la apuesta de la Iglesia en el País Vasco debe ser por la reconciliación”. En declaraciones a Vida Nueva, reconoce ya el camino andado:
“El obispo emérito [de San Sebastián] Juan Mari Uriarte ha escrito abogando al respecto. Hasta un libro. Además, en la actualidad, hay muchos núcleos conformados por personas de signo político e historial diferentes, en bastantes sitios de Euskadi, que ya trabajan por la reconciliación. Cual mancha de aceite que va penetrando, lenta y parcialmente, en la sociedad. Señalo algunos ejemplos, no todos, al final de mi libro. No pocos de estos grupos nacen al calor de las parroquias. Otros impulsados por cristianos. Buscando una sociedad justa, esto es, reconociendo los daños injustos causados, para así hacer posible la reconciliación, imposible en la impunidad.”
Pero también reconoce Elzo, por otra parte, que “el juicio que merece la actuación de la Iglesia en el País Vasco –no olvidar que Iglesia somos todos los que nos decimos católicos, no solamente los obispos– en relación al terrorismo de ETA en particular, y ante las manifestaciones de violencia injusta, más en general, tiene sus luces y sus sombras. Yo juzgo que más luces que sombras. Otros opinan lo contrario. La historia científica emitirá, quizás, en un par de generaciones, un juicio ecuánime”.
En el libro (que será presentado también los próximos días 18 y 19 de noviembre en San Sebastián y Bilbao, respectivamente) abunda el autor en la interpretación, desde la historia y la sociología, en el peso que la secularización ha tenido en el surgimiento y afianzamiento de ETA. De hecho: “En cincuenta años hemos pasado de ser una de las regiones españolas, e incluso europeas, donde la presencia del catolicismo ha sido más fuerte a situarse en las antípodas (…) Hemos pasado muy rápidamente de una moral religiosa que, en su vertiente extrema, basaba la salvación en el sufrimiento, a una moral de la salvación por el cambio político”.
Y desde ahí se habría producido un “trasvase de ‘objeto de culto’ de un Dios cristiano a una Tierra vasca, Euskadi, sublimada”.
En el nº 2.914 de Vida Nueva
- Entrevista a Javier Elzo en la televisión pública vasca:
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