Tribuna

Pobreza con rostro

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Maria_ValgomaMARÍA DE LA VÁLGOMA | Profesora de Derecho Civil. Universidad Complutense de Madrid

“Quizá leamos estas cifras sin ser capaces de ver lo que ellas realmente significan, a cuántas personas afectan, cuántos dramas personales y familiares se ocultan tras ellas…”


La Fundación FOESSA y Cáritas han presentado un informe sobre la exclusión y el desarrollo social en España en el año 2014.

La seriedad del trabajo está fuera de toda duda. Ha colaborado en su realización un equipo formado por más de 90 investigadores de 30 universidades de nuestro país, que han trabajado durante cinco años, y sus conclusiones son demoledoras; aunque no han querido inundarnos de la desesperanza creciente y se han empeñado en señalar, pese a tan dramática situación, nuestras fortalezas (la solidaridad, el apoyo familiar).

VALGOMAEste VII informe, de más de 700 páginas, analiza de forma más que exhaustiva nuestro modelo de sociedad, cómo está distribuida la renta, el mercado de trabajo, la exclusión social, la endeblez del Estado de bienestar, el coste de la cultura, nuestra situación en relación con otros países y el efecto aniquilador que ha tenido la crisis.

El informe concluye que solo el 34% de la sociedad española está en situación de integración plena, mientras que en el 2007 superaba el 50%. Así, la población excluida asciende a la pavorosa cifra de 11,7 millones de personas. De ellas, el 77,1% está excluido del empleo, el 61,7% de la vivienda y el 46% de la salud.

Pero puede que, en una sociedad tan informada como la nuestra o, más bien, con tantas fuentes de información, que nos llueven de muchos lugares distintos –y que pasan por delante de nuestros ojos como las secuencias de una película en la televisión, a la que apenas miramos–, quizá leamos estas cifras sin ser capaces de ver lo que ellas realmente significan, a cuántas personas afectan, cuántos dramas personales y familiares se ocultan tras ellas.

Antes de continuar, querría hacerles una pregunta muy concreta: ¿cree alguno de ustedes que una familia compuesta por una madre y dos hijos puede vivir al mes con 77,30 euros? La respuesta lógica es no.

Por eso, para alejarles de las cifras de los informes, quería hablarles de mi amiga Victoria. Victoria tiene 30 años y dos niños de 3 y 5 años. Trabaja como asistenta en una casa en Pozuelo de Alarcón (Madrid) todos los días, de nueve de la mañana a seis de la tarde, por lo que cobra 500 euros. Vive en una casa compartida, en una habitación para los tres, por la que paga 250.

Vayan calculando, nos quedan 250 euros. Pero, como el pequeño aún no va al colegio, tiene que pagar una guardería regentada por unas monjas, a las que da 100 euros. Le quedan 150, de los que tiene que emplear 63,70 para el abono de transportes B1 que le permite llegar a su trabajo. Una vez pagados esos gastos fijos, más una tarjeta de 10 euros para el móvil, por si le llaman del colegio o de la guardería de los niños, le quedan para todo el mes esos 77 euros. Los niños comen en el colegio, ella en la casa, por lo que la alimentación queda así cubierta. “¿Y qué cenan?”, le pregunto. Se ríe –Victoria tiene una sonrisa tan inexplicable como constante– y me responde: “Un vaso de leche”, y por si me parece poco, añade: “A veces, con galletas”. No se queja nunca, sonríe siempre, una sonrisa luminosa. Es una de esas personas del informe FOESSA/Cáritas. Solo una.

He olvidado decirles que es de Sierra Leona y que escapó de una guerra fratricida, en la que los guerrilleros amputaban las manos de sus enemigos para estar seguros de que no podrían así defenderse ni atacarles. Por si piensan que Victoria es una inmigrante sin papeles, que lo es, y que así son los excluidos del Informe de FOESSA y Cáritas, no se engañen. Estoy segura de que, dentro de esos pobres –todo menos utilizar eufemismos–, hay más de una madre sola, con hijos pequeños a su cargo, de nacionalidad española, que sobrevive con una cantidad tan inverosímil como los 77 euros de Victoria.

En el nº 2.918 de Vida Nueva