Las laberínticas marismas del Guadalquivir son el escenario elegido por Alberto Rodríguez para contarnos esta historia. Aunque corre el año 1980, el país arrastra todavía usos del régimen anterior. Un contraste personificado en sendos detectives (Raúl Arévalo y un extraordinario Javier Gutiérrez) llegados desde Madrid para investigar la extraña desaparición de dos adolescentes. El director de 7 vírgenes o Grupo 7 alcanza la cima de su trayectoria con un inquietante thriller de sólido guión, ajustadas interpretaciones y unas imágenes por momentos hipnóticas. Entre humedales anegados de secretos, donde el tiempo parece haberse detenido, La isla mínima está llamada a ser la gran protagonista de los Premios Goya.
Otra novela de John le Carré –como ya sucediera con El topo– vuelve a ser adaptada al celuloide, esta vez por Anton Corbijn. Su protagonista, un inmigrante de padre ruso y madre chechena llegado a la comunidad islámica de Hamburgo, pone en guardia a la seguridad nacional, que trata de averiguar su verdadera identidad e intenciones. Una narración sobria, abonada al suspense y sostenida por una de las últimas interpretaciones del malogrado Philip Seymour Hoffman, nos pone tras la pista de un personaje de doloroso pasado e incierto presente en el que conviven víctima y verdugo. La alarma actual ante la violencia extremista nos recuerda que El hombre más buscado acecha a la vuelta de cualquier esquina.
En el nº 2.926 de Vida Nueva