EDITORIAL VIDA NUEVA | Nos dice san Pablo que “la fe actúa por la caridad” (Gal 5, 6), y los creyentes tenemos a diario multitud de oportunidades para demostrarlo. No solo cuando llega el Corpus Christi (el próximo 7 de junio), con su tradicional colecta del Día de la Caridad. Porque el ejercicio del amor para el cristiano es mucho más que un acto puntual de solidaridad humana –sin duda, muy necesario en los tiempos que corren– o un precepto que ha de regir nuestra vida.
Como se nos recuerda en el Pliego, la caridad es la consecuencia ineludible del encuentro con Dios, de haber descubierto en Cristo –y en todos los hermanos, especialmente los más pobres– la entraña amorosa del Padre. Ahí está el origen y el sentido de la única Caridad que acrecienta nuestra fe cada día del año.
En el nº 2.943 de Vida Nueva. Del 30 de mayo al 5 de junio de 2015
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